La lectura y sus beneficios

El último Nobel de Literatura, Bob Dylan, ha dicho recientemente que entre el grupo de obras que cimentaron, no solo su trabajo, sino la persona que hoy es, se encuentran las siguientes: Moby Dick, Sin novedad en el frente y La Odisea. Distintos estudios realizados han comprobado que la lectura no sólo sirve para mejorar el nivel cultural en su más amplío sentido.

También produce grandes bienes para la salud: 1) favorece la concentración y aumenta la materia gris del cerebro; 2) ayuda a la memoria, que necesita un entrenamiento frecuente; 3) reduce el estrés, facilita la relajación y disminuye la depresión; 4) entretiene la mente; 5) reduce el alzheimer al incrementar la fuerza de los tejidos del cerebro. Asimismo, tiene otras ventajas: a) aumenta el vocabulario; b) mejora la oratoria. Según Cicerón, «a hablar no se aprende hablando, sino leyendo»; c) contribuye al desarrollo de la objetividad y a la toma de decisiones; d) ayuda a encontrar empleo; e) favorece el éxito profesional, etc. Para que un libro ayude efectivamente a iluminar la conciencia y no a oscurecerla. Decía San Josemaría Escrivá: «La enseñanza de la religión ha de ser libre, aunque el cristiano sabe que, si quiere ser coherente con su fe, tiene obligación grave de formarse bien en ese terreno, que ha de poseer -por tanto- una cultura religiosa: doctrina, para poder vivir de ella y para poder ser testimonio de Cristo con el ejemplo y con la palabra».

También el doctor Enrique Rojas, hablando de la ansiedad positiva, dice que «hay que luchar por leer, por tener curiosidad por el arte, la literatura, la pintura, la música… cada uno desde su nivel». Hay libros que le cambian a uno la vida. Así le sucedió a San Agustín cuando leyó el Hortensius de Cicerón y la epístola a los Romanos de San Pablo. Uno de los muchos consejos sobre este tema es que «Los grandes libros tienen cortesía de reyes magnánimos: acogen al lector como si fuese su igual. El escritor mediocre trata de humillarnos para ocultar su baja posición».

Plácido Cabrera IbáñezMálaga

Sacrificio real por España

Con su habitual juego sucio, los secesionistas intentan dorar la píldora a los indecisos prometiendo en su referéndum independentista instaurar en Cataluña la república.

En este crítico momento para todos, Felipe VI puede contribuir decisivamente a mantener la unidad de España sacrificando su cargo para restaurar una república del siglo XXI en toda España.

Así cerraría con un broche de oro un régimen que no ha dejado de tener sus fallos y al que parece que no le queda ya un largo recorrido.

Javier Sanz RidruejoMálaga