S e ha detectado una brizna de autocrítica en el Ayuntamiento de Málaga. Los servicios de emergencia ya han sido alertados. La policía está en guardia. Los escoltas han comenzado a redoblar turnos para proteger a concejales y altos cargos. El brote de autocrítica infectó peligrosamente el fin de semana a Raúl Jiménez, edil de Medioambiente (Limasa) y según informan en el 112 no parece que haya nadie más contagiado.

A Jiménez se le ha tenido un par de días en aislamiento mediático, en la Unidad de Cuidados y Lealtades (UCL) pero parece que el hombre ya ha recobrado la salud. Coordina. Anda. Va mejorando. Incluso va diciendo por ahí a unas quejas vecinales que los barrios no se pueden baldear a menudo y que hay un turnos. Si hoy es miércoles, Portada Alta. Y en ese plan. A Martínez Maldonado (no es un concejal, es una calle) le debe tocar como a Mármoles, una vez al lustro.

A lo que íbamos. Jiménez dio una entrevista a este periódico el otro día. Fue a cuerpo el chaval, sin escafandra, sin mascarilla, ni traje de neopreno y se puso delante de Javier García Recio, que es un periodista peligroso por la sencilla razón de que se empeña en hacer bien su trabajo. O sea, investiga mucho y pregunta más. Por principio, desconfía de todo. Y claro, pasó lo que tenía que pasar: «No hemos sido suficientemente eficientes para que la ciudad esté limpia», aseveró Jiménez. Sí, sí, tal y como lo están leyendo. O mejor dicho, tal y como ya lo habrá leído.

Pues ¡Carajo!, ¡diantres!, cáspita y albricias. Autocrítica, autocrítica. Reconocimiento de error. Titular. Paren rotativas. Como diría Julio Iglesias: Limasa no funciona y lo sabes.

Jiménez tuvo la honradez intelectual, que se agradece, de decir que la ciudad está «regular» de limpia. Y no sabemos si esto le habrá granjeado reproches internos o invectivas de sus propios compañeros. Tal vez aplausos. No sabemos tampoco si el virus de la autocrítica será de esos que te hacen irte patas abajo y pasarte el día dando viajes al cuarto de baño. Tomando sólo líquidos. Esperemos que no, para que así pueda ser autocrítico, incluso crítico, más veces.

Lo primero para solucionar un problema es reconocer que se tiene. No obstante, la suciedad de Málaga en algunas, muchas, zonas, más que problema a reconocer es una evidencia más grande que el resultado de dos más dos. La policía vigila. Los escoltan auscultan. La ambulancia avisada. Hay un virus municipal. Ríete tú del picudo rojo. Pues eso: ja.