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Málaga de un vistazo

Luis Ruiz Padrón

El naufragio de las carabelas

En los tiempos de Homero, las sirenas eran demonios marinos con forma de pájaro y rostro de mujer. Hoy se manifiestan con aspecto de alcalde de edad provecta, por lo que podría deducirse que su capacidad de seducción habría quedado muy mermada; sin embargo, todavía hay quien está dispuesto a embelesarse con su canto. La diosa Circe tiene una advertencia para aquellos navegantes imprudentes que se acercan y escuchan sus voces: no te pares y tapa los oídos con cera previamente ablandada, de modo que nadie las oiga. De lo contrario, puede que la nave se estrelle contra los escollos.

Sin ir más lejos, las crónicas registran un sonoro naufragio de tres carabelas en las aguas cercanas de Torremolinos. Desde la correspondiente alcaldía, los cantos de sirena anunciaban la construcción de un colosal «hotel emblemático» que marcaría «un antes y un después» en el desarrollo turístico del municipio. El plan requería la demolición del hotel Meliá que ocupaba la parcela -una valiosa edificación pionera en la arquitectura del ocio costasoleña que contaba con un jardín catalogado- previa multiplicación del techo edificable y de la altura reguladora. Pero una década después, ya no existen ni hotel ni jardín y aquel alcalde ha sido apeado del trono al que tanto se aferraba. Del flamante hotel Cruiser Tres Carabelas y los 120 millones de inversión previstos sólo quedan infografías y un inmenso agujero junto a la avenida Carlota Alessandri que plantea serios problemas de seguridad y salubridad, tras la desaparición de una promotora insolvente. Pues bien: hoy, otro alcalde correligionario del antes citado nos canta sobre un enorme hotel en Hoyo de Esparteros «muy necesario y que va a enriquecer la arquitectura de Málaga». Ojo a los arrecifes.

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