Termina el verano, con los hoteles y playas a tope y huele no a sal marina, sino a elecciones andaluzas, salvo que Pedro Sánchez se vea obligado a convocarlas porque Podemos no esté por la labor de mantener a la izquierda en el Gobierno. Ya se sabe que la persona es la única capaz de tropezar dos veces en la misma piedra. Para mayor certeza ahí tenemos a un sonriente Moreno Bonilla paseando su sonrisa y su jeta por el litoral andaluz, tal cual fuera un cantante veraniego (de una sola canción) o un anunciante de cepillos Profiden. El líder del PP andaluz, de escaso conocimiento por el pueblo, necesita darse estos garbeos para ver si sube su popularidad, por los suelos ahora según sondeos conocidos y por conocer.

Todo parece indicar que en octubre o noviembre los andaluces serán llamados a las urnas. Y hay datos objetivos para pensar así, entre ellos el hecho de que Ciudadanos ya tenga decidido no apoyar el presupuesto que prepara el Gobierno de Susana Díaz. El líder de Ciudadanos, Juan Marín, le va a pedir la luna a Susana Díaz con el objetivo claro de terminar la legislatura en este año. Encuestas internas le dicen que en Andalucía resisten el varapalo que a nivel nacional padece Ribera, bajado del pedestal demagógico que le aupaba a ser la fuerza dominadora de la derecha española.

El otro líder de la derecha andaluza, Moreno Bonilla, ya lleva meses en campaña, tal cual su jefe Pablo Casado. Andalucía será el banco de pruebas para el futuro de la derecha en España. Si Moreno Bonilla, tal cual indican los sondeos, pierde de 10 a 12 parlamentarios en Andalucía, Pablo Casado lo puede pasar muy mal a nivel nacional. El efecto puede ser demoledor para quien en apenas dos meses pretende ser el nuevo Pelayo (el primero fue Aznar) que ilusione a la derecha y reconquiste el espacio perdido por la misma, nada baladí a tenor de la encuesta del CIS. Casado, ya lo ha dicho, se instalará en Andalucía, dispuesto a jugarse el tipo junto a Moreno Bonilla; a ambos les toca abrir un discurso que les haga ganar votos sobre todo en los movibles terrenos en los que se mueve la derecha, Ciudadanos incluidos. Nada fácil aunque en los círculos más próximos al líder del PP andaluz se tiene la certeza de recuperar el pulso político, de haber ganado terreno a las propias encuestas y que con un discurso muy duro teniendo a Susana Díaz en el punto de mira podrán aliviar la derrota. Sólo en público dicen que van a ganar (Elías Bendodo); en privado, el desánimo es manifiesto.

De todos modos, la decisión será de quien puede convocar elecciones, la presidenta de la Junta de Andalucía. Y por lo que sé, o al menos intuyo, lo tiene fácil para hacerlo y adelantarlas. No hay un solo indicador de los que maneja casi a diario la presidenta que le sea contrario o negativo. Por tanto, habrá que esperar a septiembre para que destape el calendario a seguir. El balance de esta legislatura le es totalmente favorable mientras que el PP andaluz sigue sumido en la nadería, sin un discurso que cale en el tejido social andaluz, lamiéndose las heridas de su cuerpo corrupto y, lo que es peor, sin credibilidad como apuntan las encuestas. La política electoral que le han diseñado a Moreno Bonilla de frases hirientes y duras a la gestión de Susana Díaz no le dará más votos. Un kamikaze pepero andaluz me decía que cada vez que abre la boca la secretaria general del PP andaluz, Loles López Gabarro, sube el precio del pan y huyen posibles votantes.

Tampoco la izquierda a la izquierda del PSOE anda muy fina, pese al lavado de cara protagonizado por sus más conspicuos líderes, Teresa Rodríguez y Maíllo. Ambos dos andan buscando un lugar al sol, con un discurso que no termina por calar entre su gente y la consiguiente huida de otrora votantes socialistas, encuestas dixit, que prefieren volver al redil del PSOE. Podemos e Izquierda Unida tienen un arriesgado camino por delante obligados como están a ofrecer algo más que frases prefabricadas.

P.D. (1) Ha muerto Cándido Fernández Ledo. Un buen hombre, un buen profesional del turismo y sobre todo, pese a ser gallego, veterano luchador por la Costa del Sol y, en especial de Marbella, su amor confesado. Descansa en paz, Cándido, tu obra está viva.

(2) Los huesos de Franco buscan osario. No los quiere ni su familia. España fue condenada por este dictador a la más negra, dura, sanguinaria y tétrica dictadura. De las tumbas olvidadas, de las cunetas y muros de cementerios se alzarán voces de quienes fueron asesinados. Ni piedad, ni descanso.