No cuenta Sheherezade. Su voz no teje de historias la noche en suspense contra la muerte. Hace tiempo que Sheherezade no quiere mil y unas noches de princesa ni necesita un beso que la despierte. Tampoco añora el lecho de un poema sobre cuyos versos la amen callada o inexpugnable. Ni que la deseen como Bukowski en una novela en cueros su sexualidad y su lenguaje. El desenlace de su larga batalla comienza a ser su vida en primer plano. Libres, inteligentes, preparadas, protagonistas al frente de su trabajo, mujeres sucediendo en su camino y en la voz de su relato. Una conquista construida con la dura labor de muchas soldados adelantándose a ser mujeres en la adversidad de su identidad; dueñas de sus palabras, decididas a salir del patio interior de la casa hacia el exterior donde el mundo cambia y se combate. Igual que Marianne a la cabeza de la Revolución francesa que les dio también a ellas los derechos de mujeres y ciudadanas, redactados por Oympia de Gouges. Entre sus letras cambiando la delicadeza de los ajuares por la fuerza de las leyes, y el seno de la libertad en lucha de la marsellesa, caben todas las mujeres de la Historia reivindicando su propia historia. Su rumbo al viento del horizonte más allá del matrimonio, de la maternidad, de una sexualidad que les estigmatizaba ser Orlando, y de una habitación de papel donde ejercer a solas otra mujer a íntimo tiempo parcial. Mucho ha costado -más ellas que a nosotros- desatarse de la costilla de varón y cumplir los versos andalusíes de Wallada «estoy hecha por Dios para la gloria, y camino orgullosa por mi propio camino». Ese que, cada vez más, empieza a ser reconocido y respetado.

Ocurre estos días con el Premio Líber al autor hispanoamericano más destacado otorgado a Almudena Grandes. Escritora centrada en la mujer, y en la historia reciente de España. Malena es nombre de tango, Inés y la alegría, Las tres bodas de Manolita, Las edades de Lulú o Modelos de mujer. Personajes capaces de asomarse al vacío y de luchar el alma de su destino narradas con una prosa poderosa en su latido emocional, convincente en la construcción de un discurso femenino cargado de identidad. Mujeres protagonistas de la vida de la que forman parte, como define Yolanda Arencibia a las heroínas de Galdós, en el mismo número de septiembre de la revista Mercurio dedicado al 175 aniversario de su nacimiento, en el que Almudena Grandes también glosa un excelente artículo sobre el padre de Fortunata, de Leré, de Isidora y de más personalidades rompedoras y ejemplares. No sé si ha leído a nuestro gran escritor del moderno realismo -al que tampoco en las escuelas lo recuerda la literatura- Judi Dench. La actriz británica distinguida con el Premio Donostia del Festival de San Sebastián por su carrera cinematográfica jalonada con diez premios Bafta, dos globos de oro, siete nominaciones y un Óscar por sus películas con Franco Zeffirelli, Stephen Frears, Kenneth Branagh o James Ivory. Pero no cabe duda de que con la estirpe de sus personajes emparenta esta gran dama del teatro shakesperiano, con quien subirán al escenario el próximo 25 de septiembre la extravagante Armande Voizin de Chocolat; la novelista Iris Murdoch en Iris; la madre en busca de su hijo robado en Philomena y M., la jefa del servicio secreto a cuyo servicio espía, conquista y traviesa James Bond. Tantas y diferentes mujeres en una misma mujer.

Gustav Klimt fue el primero en posar su ego de seductor hambriento en su estudio de la Wipplinger Strasse 24 de Viena. No era esta vez el fascinante dibujante del erotismo femenino, y de la posesión de la mujer de su propio placer el que miraba, sino una joven llamada Dora Philippine Kallmus que desafió una sociedad donde no estaba bien vista la mirada femenina detrás de una cámara. Ella firmó sus fotografías de evanescente atmósfera onírica como Madame D´Ora. Pionera en enmarcar la personalidad y el aura sexual de mujeres desinhibidas, libres y modernas como Anita Berber, Colette, Coco Chanel o Elsie Loos. Imágenes de vanguardia, de contornos difuminados mediante el pictoralismo flour que mostraban la naturaleza elegante sin tabúes de las mujeres y la moda. Una buena oportunidad de conocerla es acercándose a la retrospectiva, comisariada por Monika Faber, que ofrece el Museo Leopold de Viena, hasta el 29 de octubre, con más de 300 fotografías, vestidos de alta costura y la portada polémica de 1927 de Die Bühne con una Josephine Baker cubriendo tan sólo con unas plumas su belleza ébano desnuda.

No fue fácil, nunca lo ha sido, dejar de ovillarse en roles impuestos y urdir lo que se era en una sociedad que había dejado atrás la permisiva aceptación de los salones femeninos como los de Sopié de Condoret o Madame de Stäel de aquel XVIII donde la Ilustración fue el embrión cultural de lo que casi dos siglos después representarían las iniciativas del Krausismo de 1850 y de la Institución Libre de Enseñanza de 1876. Su contribución en el avance de la educación, la enseñanza y la cultura femenina alentó el espíritu precursor de muchas mujeres universitarias como María Moliner a la que le debemos su maravilloso Diccionario del uso del español, y de aquellas que entonces, al contrario que hoy, fueron un número en mínimo en las aulas del conocimiento. También entonces representaron el desafío y la resistencia de la mujer frente a la opresión patriarcal y una injusta invisibilidad en diversos ámbitos como el de la pintura. Su huella en esa disciplina es recuperada desde 2006 por la fundación Advancing Women Artists (AWA), creada por Jane Fortune, que rastrea en los depósitos de los museos obras de artistas reconocidas en su tiempo y olvidadas después por la historia como Plautilla Nelli, maestra de detalles, en los que nunca hubiesen reparado pintores masculinos, plasmados en La crucifixión o La última cena expuestos ahora en el Museo de Santa Maria Novella de Florencia.

Muchas, como ella, han salido del pie chico en los márgenes de la Historia del hombre. La lista es inmensa y abarca todas las disciplinas. La primera astronauta Valentina Tereshkova y la primera presidente Sirimano Baudaranaike al frente de la Vostok 6 y del gobierno de Sri Lanka a inicios de los sesenta; Maruja Mallo, Frida Khalo, Mari Luz Morales -la primera periodista cultural- Deirdre Mc Closkey, Safak Pavey, Pilar Miró, Coca de Armas, Carmen Calvo, Laura Freixas, Rosa Montero, Marta Sanz, Victoria Abón, Pepa Babot, Nieves Rosales, Mercedes G. León y Cristina Consuegra en Málaga entre otras muchas voces cuyos libros, conferencias, dramaturgias, gestiones políticas y económicas, y su cotidiano trabajo de reivindicación y defensa de la educación en igualdad, contribuyeron y en ellos siguen a que Penélope nuca más teja la espera dependiente del héroe sino que forje su propio destino y se transforme en ciberingeniera de seguridad del departamento de Energía de Estados Unidos como la malagueña Soledad Antelada.

Todos los caminos que merecen la pena son largos y exigen voluntad y sueños. En ese horizonte ha progresado la feminidad y mis hijas. Pero quedan los retos de subir el 36% de las mujeres satisfechas con la convivencia en su hogar: limpiar, cocinar, lavar los platos, hacer la compra, regar las plantas; el de terminar la violencia de género psíquica, física, individual o en manada; que los derechos laborales de las prostitutas no sean una utopía y se reconozcan, como pide Concha Borrell, secretaria general de la Organización de Trabajadoras Sexuales, y que no nos engañen con que Barbie, con sus estándares de belleza impuestos: alta, flaca, con curvas y rubia, creada en 1959 por Ruth Handler, es un icono feminista por tener disfraces de bombero, médico o policía. También son la muñeca las siete mujeres que rodean en la cama a Maluma en el video de su último disco.

Cada día del presente con eco en el futuro es mujer. Su condición, su voz, sus frutos, son la nueva historia que debemos contar codo a codo, en lo personal y en lo laboral. Qué buen ejemplo es el emotivo obituario que ayer le dedicó la periodista Tereixa Constenla a su marido fallecido, Alejandro Bolaños, en El País. Una lección de lo que es compartir un ir por la vida.

*Guillermo Busutil es escritor y periodista

www.guillermobusutil.es