Estamos encontrándonos jóvenes tan protegidos y consiguiendo las cosas de una manera tan fácil que a las molestias las llaman sufrimiento y a las dificultades, problemas. En el deporte no solo se sufre de manera física con sobrecargas, fatigas o lesiones; también de manera psicológica, con la incertidumbre, las injusticias o los bloqueos.

Evidentemente como psicóloga del deporte trabajo aspectos emocionales y psicológicos en un 90 %, pero como entrenadora no penséis que no tiro de estos mismos conceptos constantemente, quizá en un 80% de las veces. Como educadores debemos hacerles ver a los jóvenes que son ellos los principales responsables de sus progresos, bloqueos, triunfos y derrotas. Deben aprender a buscar soluciones sin que se les dé todo hecho, pueden expresar sus emociones e inquietudes sin ir detrás de ellos preguntando a indagando, en definitiva, que vayan aprendiendo a «buscarse la vida».

En ocasiones, somos los educadores, entrenadores o familiares los que más nos comemos la cabeza, estando los más jóvenes esperando respuestas y soluciones. En época de formación es muy importante trabajar la independencia y la autonomía, y para ello el diálogo, preguntar en ocasiones y otras veces dejarlos ir, la reflexión o le petición de ayuda o consejo por nuestra parte hará que se sientan responsables y vayan tomando más decisiones.

Otra virtud importante a tener en cuenta y por las que los deportistas solemos sufrir bastante es la PACIENCIA, la frustración por no conseguir resultados en periodos de tiempo que nosotros consideramos que es suficiente para alcanzar lo que queremos. ¿Trabajamos la paciencia en casa? ¿Somos los entrenadores pacientes con los nuevos aprendizajes o la competición?

Tratar temas como el compromiso, el esfuerzo o la superación y establecer objetivos alcanzables a corto y medio plazo ayudará a cuidar la motivación, controlar las expectativas y generar aprendizaje consciente.

Los regalos por ganar un partido, aprobar un examen o cumplir con las tareas de la casa no ayudan a desarrollar responsabilidad, compromiso y persistencia. Estudiar es una obligación, el deporte es un compromiso y las tareas de la casa forman parte de todos para una convivencia justa. Debemos enseñarlos que hay que trabajar cada día para conseguir y mantener las cosas. Acompañar, comprender las dificultades y vivir juntos esa experiencia de vida debería ser el mejor regalo. Los premios emocionales deben ser constantes. Sin embargo, los materiales son para cumpleaños, Navidad y... por qué no: un día sin más (sin partido, sin examen y sin tarea).

No se trata de hacer sufrir, sino de enseñar a vivir y entrenar para la vida y tomar las dificultades como oportunidades y las molestias como superación. El deporte es un «vehículo» perfecto para el desarrollo humano. Gracias al deporte expresamos nuestro carácter, lo formamos y le sacamos partido para todo en la vida. ¿No habéis pensado el porqué ha sido ganadora Ona Carbonell en MasterChef Celebrity?

El poema «Si» (Originalmente «If») de Rudyard Kipling explica muy bien este tema y es un ejemplo literario del estoicismo y una herramienta de aprendizaje y reflexión para todos.