Desde hace ya décadas, el de Llamazares ha sido el discurso más coherente, consistente y mejor expresado de la izquierda española. Puede que esto ya no tenga sentido en un tiempo en el que la adaptación manda sobre la coherencia, la versatilidad sobre la consistencia y el mensaje rápido sobre la expresión bien construida, lo que haría de Llamazares un dinosaurio con poco futuro biológico, pero así era la izquierda-izquierda, y abandonarla para entregarse a la lotería de las mutaciones y los cruces genéticos puede no ser tan buen negocio político. En Llamazares todavía se podían distinguir los ecos del marxismo, bajo el que la izquierda aprendió a comprender el mundo, aunque, en según donde, acertara o fracasara por completo a la hora de transformarlo. Me está saliendo el texto sobe Llamazares en pretérito, y ojalá sea traducible todavía a presente, por el bien de la política.