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Tribuna

Gobierno por peteneras

El tripartito andaluz apenas echó a andar y ya nos promete emociones muy fuertes, con los primeros rifirrafes y los 3 firmantes del doble pacto de gobierno claramente enfrentados, con las sonoras discrepancias, por ejemplo, sobre la Consejería de Familia, petición irrenunciable de Vox haciendo valer que ellos, con sus 12 diputados, son los que marcan el compás.

Y es que este Gobierno futuro de Moreno, además de frágil, es como si en el tablao de la política se cantara por peteneras; un cante, dicen los calés, que trae mal fario y maldición y es, además, melancólico y triste.

No lo va a tener fácil Moreno Bonilla y, es posible, que se le congele la artificial sonrisa profiden de la que hace gala cuando Vox le exija una y otra vez medidas que bordean la Constitución, si no están fuera. Peor lo tiene el vicepresidente Juan Marín que, como su jefe Rivera, tendrá que tragarse, una y otra vez, el haber tenido que contar con los votos de Vox para que Ciudadanos esté en el Gobierno y sea una militante de este partido quien presida la Cámara andaluza. Marín no puede olvidar que es vicepresidente gracias a Vox; todo lo demás es mentir, marear la perdiz o cantar por peteneras.

Puede suceder, además, que Ciudadanos en el Gobierno se vea obligado a ejercer como oposición votando no a propuestas de Vox. ¿Y cómo se entiende esto? No se puede afirmar, con absoluta y provocativa naturalidad, que el pacto firmado por Vox y el PP es «papel mojado», como ha dicho Rivera. Si Cs está en el Gobierno es porque lo quiere Vox; todo lo demás es querer hacernos comulgar con ruedas de molino. Y hay más aún: el pacto firmado por el PP y Cs puede fracasar porque depende de Vox. Y habrá en breve una prueba de lo que afirmo. Primero, si habrá o no consejería de Familia, un pulso que puede perder Vox pero da ya qué pensar. O la supresión de la Ley de la Memoria, con fusilados levantándose en las cunetas.

O qué pasará cuando se lleve al Parlamento la suprema ley de todo gobierno como es el Presupuesto. Entonces veremos, en realidad, si las imposiciones de Vox pueden llevar al futuro gobierno a una débil gobernanza o se consolida la derecha en el poder, con la necesaria y obligada suma de los votos de la ultraderecha. Moreno Bonilla y más su hombre de absoluta confianza Elías Bendodo (Paco de la Torre descansa), tienen la palabra aunque cada mañana se tengan que desayunar con un sapo que lleva grabado a fuego la palabra Vox. De nuevo, cante por peteneras; mal fario y maldición. Y algo peor: Vox utiliza a Andalucía como plataforma y caja de resonancia de sus políticas a nivel nacional dejando claro que ellos no serán felpudo de nada, ni de nadie. El bunker franquista ha vuelto para quedarse. Con él gobernará el tándem PP-Cs.

Dicho lo cual habrá que preguntarse por cuestiones no menos baladís. Y una de ellas, por lo que afecta a Málaga, es la no existencia de una Consejería de Turismo, algo grave, muy grave, cuando es sabido que este sector supone el 12,3% del PIB andaluz. Que Turismo, como se dice, vaya a estar en manos del vicepresidente Marín es una decisión que puede resultar fallida si no teje las mimbres para consolidar la joya de la corona. Y Marín, al que se le suponen dotes e inteligencia, sabrá que tendrá que apoyarse en cualificados profesionales tal cual existen en Turismo Andaluz y que han trabajado para consejeros socialistas, andalucistas, comunistas (Izquierda Unida) dando lo mejor de sí y siendo ejemplo para el resto de las autonomías españolas. Si ya la vicepresidencia es una tarjeta de visita, sólo con trabajo para coordinar las consejerías dependientes de Cs, teniendo por encima al auténtico poder que estará en manos de Elías Bendodo, el vicepresidente Marín puede encontrar en el sector turismo una digna salida si sabe rodearse de los mejores.

Hay otra cuestión aún más preocupante: la sarta de mentiras, bulos, noticias falsas y mensajes equívocos que Vox, con el silencio cómplice de Moreno y Marín, está sembrando la geografía andaluza, manejando falsos datos con absoluto daño a la credibilidad de la democracia. Falsear la realidad está en el gen de Vox en asuntos de aplicación de la ley de género, sobre las asociaciones feministas, las mentiras sobre los migrantes, sobre la Ley de Memoria Histórica y las declaradas intenciones de privatizar la sanidad pública o la educación, etc. Lo malo no es que Vox proclame urbi et orbe estas mentiras, lo desgraciadamente peor es que tanto el PP del Casadismo como el Cs de Rivera callen haciendo suyas semejantes mentiras.

Y ayer, con su sonrisa de siempre, resucitó Susana Díaz para liderar la oposición pese a haber sido la ganadora, y con diferencia notable, las pasadas elecciones. Hace bien y debe demostrar el peso del millón de andaluces que le dieron la confianza. Materia hay por delante en un futuro gobierno donde parece haber ganado el 155, con Andalucía intervenida por Casado y Rivera. Lo dicho, gobierno por peteneras.

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