De políticos y cárceles

Se asombraba el amigo de un político de que éste dedicara más recursos a las cárceles que a las escuelas. Su respuesta fue que no pensaba volver a escuela, pero quizá tendría que ir a la cárcel. Esta anécdota se cuenta de la Rusia estalinista, pero hace poco, y en el mismo Levante español, hemos visto a varios políticos muy populares que han ido a parar a las cárceles que ellos mismos habían inaugurado. Me extraña, pues, la loca imprevisión de esos políticos, hasta el punto de que nos hemos encontramos en Madrid con una indignada manifestación de miembros de los 22.000 funcionarios de prisiones de España (que reclaman también aumentar su número)) contra sus pésimas condiciones profesionales durante los últimos años. Yo mismo estoy interesado en el tema, al ser un pertinaz comentarista político, crítico sin distinción de colores, porque puede que un día, aunque sea por ‘error’, me toque comprobar in situ lo muy fundado de sus quejas.

Martín Sagrera CapdevilaMálaga