Un hombre con cáncer de páncreas, segundo paciente muerto por listeriosis. La rueda de prensa que provocó este titular al mediodía de ayer la daba en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla el jefe del servicio de infecciosos, José Miguel Cisneros: «Se trata de un varón que ingresó el 10 de agosto con un episodio de fiebre, tras reiterados ingresos, aunque desde un punto de vista epidemiológico no consta la ingesta del producto. La biología molecular nos dirá si la listeria que ha contribuido a acelerar la muerte de este paciente era la del brote». La listeria está en boca de todos. Mientras paseamos por la Feria de Málaga y entramos a comer en una caseta, por ejemplo. Lo que ya no está en la boca de nadie es la carne mechada...

Utilización

El verano está sirviendo para algo feo contra lo que no parece haber cura. Y no me refiero a la listeriosis. La instrumentalización partidista que se hace de cuestiones que afectan directamente a toda la población, vote ésta a quienes vote, parece incurable. Al margen de opiniones legítimas -unas mejor argumentadas que otras-, la utilización y la manipulación afecta a asuntos muy sensibles que debieran estar fuera del navajeo político. Ese manoseo feroz de la inmigración desde la demagogia de unos y el populismo de otros, del terrorismo yihadista y el españolismo por parte de los indepes catalanes, de la seguridad ciudadana en Barcelona y el envío de guardias civiles por parte del PP en el congreso, de la última campaña contra la violencia de género porque las mujeres que habían sido maltratadas se reían y eran modelos de champú por parte del PSOE andaluz; de los incendios forestales que, según donde sean y quien gobierne en donde sea, se podían haber evitado o apagado mejor y, por ir al último asunto que nos ocupa, de la listeriosis...

Colaboración

El contagio alimentario de listeria es un problema de salud pública que, por encima de la razón que se tenga en las críticas que a la gestión del brote se hagan, apesta a interés electorero y supervivencia política mucho más que a servicio público. En ese sentido me llamó la atención un documento de respuesta de los técnicos del Ayuntamiento sevillano a los de la Junta en el que, ante los errores con las muestras iniciales entre quienes las etiquetaban y quienes las analizaban, se valoraba «la buena colaboración y coordinación» entre técnicos de distintas administraciones. Pero es que la «buena colaboración y coordinación entre técnicos de ambas administraciones», gobierne quien gobierne en cada una de esas administraciones, no debería ser nunca destacable sino de sentido común y exigible de oficio por el ciudadano de a pie que financia ambas -ayuntamiento de Sevilla y Junta en este caso- con sus impuestos...

Responsabilidad

No deberíamos cansarnos de reivindicar una y mil veces que el ciudadano no puede estar pagando las consecuencias de la ineficacia administrativa, del corporativismo mal entendido ni de los intereses de confrontación partidaria cada vez que un asunto le salpica directamente. Sería como si en un incendio, cuando llegase el fuego a los límites territoriales de una comunidad autónoma, los bomberos de un lado del incendio dejaran de apagarlo esperando a que llegaran los bomberos del otro lado, un lado inexistente. Ni el fuego ni la bacteria de la histeria mediática entienden de diferencias a la hora de afectar todo lo que tocan. Ni de declaraciones ministeriales, junteras o municipales si son para aprovechar políticamente lo que ocurre o para escurrir el bulto de una responsabilidad concreta, según a cada cual competa.

Urgencias

Por lo demás, parece claro que el brote de listeria no está controlado, que no sólo se circunscribía a la carne mechada y que la comercialización de la empresa Magrudis de determinados productos cárnicos como marca blanca colocada en algunos supermercados no está ayudando a su delimitación y control definitivo. Tampoco sirve de mucho que algún responsable médico les exija a los ciudadanos que no hayan comido La Mechá -y más sabiendo ya que no sólo ese embutido de la fábrica sevillana podría estar infectado- que no vayan a urgencias si se sienten mal. Aunque es verdad que el verano es propicio para virus gastrointestinales que pueden producir síntomas parecidos, con episodios febriles altos, diarreas, vómitos y dolores de cabeza (no tanto ese dolor característico en el cuello que cursan algunos afectados de listeriosis), cómo evitar ante la duda que un padre lleve a su hijo, por ejemplo, al hospital para descartar con una analítica que sus síntomas no son debidos al brote de listeria. Habrá que esperar para analizar bien todo lo que ha ocurrido y exigir responsabilidades. Ahora toca poner todos los esfuerzos, todos, en delimitar dónde están, cuáles son los productos afectados y cómo se infectaron. Y, según lo ya hecho en la gestión del brote, rehabilitar los protocolos de seguimiento, inspección y respuesta para que éste no se repita... Porque hoy es sábado.