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Entre el sol y la sal

Javier Muriel

¿ERE? ¿Qué ERE?

Es posible que a estas horas esté usted desayunando con las flamantes noticias sobre la tantas veces postergada sentencia, notificada hoy por fin, en la pieza política de los ERE de Andalucía. Quedan pendientes 137 piezas más que aún se están instruyendo a pesar de la juez Núñez Bolaños, la que un día está de baja y al otro también, la que ha motivado las quejas de la propia Fiscalía por su indolente inacción y su alergia al impulso procesal, la que sustituyó a la juez Alaya.

Yo escribo estas letras en la tarde de ayer, así que me aventuro a presagiar una condena transversal en el fondo y maquillada en la forma que en nada se parecerá a la diarrea verbal del Magistrado De Prada sobre la Gürtel. Ya saben, aquella tromba deslenguada y trufada de "argumentos innecesarios" (Audiencia Nacional dixit) que motivó la moción de censura instada por Pedro Sánchez para derrocar a Rajoy y, cito literalmente, convocar elecciones inmediatamente. ¿Se acuerdan? La primera de tantas y tantas mentiras. Espero una sentencia rica en sinónimos que mitiguen el impacto, pletórica de retorcimientos lingüísticos para convertir los endémicos chiringuitos socialistas en lo que Joaquín Sabina calificaría de una mala gripe que había que pasar. Como te digo una co, te digo la o.

Albert Rivera se llenó la boca de preguntarle a Pedro Sánchez si dimitiría en caso de una sentencia condenatoria, pues, el presupuesto para desterrar a Rajoy sería exactamente el mismo. Nunca hubo respuesta, más bien al contrario. Todos los asociados que se coaligaron para sacar adelante la moción de censura son los que estos días, conociendo ya la sentencia, negocian la investidura y posterior gobierno del PSOE corrupto. Aplauden y aceptan lo mismo que una vez rechazaron. Arrimadas hizo lo mismo con la ministra de Hacienda durante un debate: Sra. Montero, como socialista, mujer y ex consejera de la Junta de Andalucía, qué le parece que su partido se gaste el dinero de los parados en putas y cocaína. Y Montero, tan andaluza, tan echá palante y clavelera ella, calló como callan quienes ya sabían antes de las elecciones que pactarían en 24h con Pablo Iglesias, el comunista que azotaría a Mariló hasta que sangre.

La Gürtel y los ERE son igualmente vomitivos. Representan el ejemplo de lo más ruin, despreciable, que un servidor público es capaz de ofrecer, y suponen un nivel de podredumbre moral inaceptable en cualquier democracia. Pero ya verán como la maquinaria de propaganda progre, la que ahora se vanagloria de Otegi como hombre de paz, la que se felicita de que la golpista Esquerra Republicana sea una aliada fiel, y la que ahora duerme plácidamente junto a podemitas, establecerá las suficientes y descabelladas diferencias entre ambos casos de corrupción como para demonizar una, y disculpar la otra. Pelillos a la mar. Si son capaces de creerse que Podemos es ahora un partido con garantías de gobierno esto será pan comido, pensará entre risas el gurú, Iván Redondo, mientras se atusa el flequillo turco frente a los mismos espejos en los que Adolfo Suarez se sentía encantado de conocerse.

El PSOE somete el sábado a la aprobación de las bases su nueva deriva conyugal junto a Podemos, Esquerra y Bildu, entre otros. Veremos si los socialistas de a pie avalan al iluminado y manipulador de Sánchez, o, por el contrario, imponen voto de castigo por los ERE y frenan las locuras de un farsante que prefiere hacer una orgía con comunistas, golpistas y terroristas, un menage a huit, antes que dormir con la conciencia tranquila. El refranero es sabio: dos que comparten el mismo colchón se vuelven de la misma condición. Iglesias ya se ha comprado un pijama fantasía seducción para cuando hagan la cucharita en estas frías noches de invierno. La única duda es quién abrazará a quién. El edredón, cómo siempre, lo pagamos usted y yo.

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