El título de campeón del torneo de Supercopa no fue sólo para un equipo, al que un penalti permitió, eso sí, conseguir además un cacharro metálico. Fueron los cuatro equipos de fútbol españoles participantes los que ganaron, además de unos millones de dólares, el título de colaboradores de la feroz dictadura saudí. Sí, la que matado ya a más de 100.000 yemeníes en una guerra ilegal. La que, en proporción a su población, ejecuta más penas de muerte en el mundo y una de las que más conculca los derechos humanos en general, máxime de las mujeres. La que también tiene estrecha relación con grupos terroristas. Campeones por igual en complicidad con ese régimen, los equipos españoles han sido comprados para repetir su «hazaña» dos años más.

Julio Lozano Ramos.

Málaga.