'Dad al ciudadano medios para distinguir el bulo y la manipulación de información', por José Ramón Talero Islán

Ante la logomaquia sectaria henchida de perversidad, se nos presenta en la sociedad un grandísimo problema que si nuestros Estados democráticos, llenos de transparencia, justicia y libertad, no ponen atención al tema de los bulos o engaños ‘fake news’, las consecuencias nos conducirá a la irrealidad, desconfianza, confusión, enemistad, angustia y desesperanza.

José Luis Sampedro (1917- 2013), humanista, escritor y economista decía:

«Reeducaos y reeducad a la gente». «Pero estamos educados para no tener independencia y para ser sumisos y para ser buenos borregos». «La televisión, los periódicos, están todos en manos de los que mandan, informan de los que les conviene, de lo que quieren y de lo que no quieren no informan».

Ante los momentos que estamos viviendo, deberíamos actuar de forma inmediata y no consentir que los bulos y la manipulación continua en los medios de comunicación hagan que la libertad se nos acabe.

¿No hay herramientas para que el ciudadano sepa diferenciar un bulo?

Sin lugar a dudas que existen, hay empresas que se dedican a esto.

¿Pero son fiables y tenemos la garantía de que nos están aportando claridad y veracidad con lo que ellos exponen?

Tema peliagudo y a la vez rodeado de misterio, el poder omnímodo es un arma poderosísima para cualquier poder establecido.

¿Cómo se conseguiría qué esas herramientas pudieran ser supervisadas por organismos independientes y conseguir que nos avisaran antes de ver el contenido y evitar pérdidas de tiempo y lógicamente el envenenamiento de ese mensaje?

Seguro que existen instituciones no corruptas que podrían hacer esta misión tan fundamental, en esta civilización de la hipocresía y del engaño.

¿Quiénes le ponen el cascabel al gato?

Si se consiguiera el objetivo, deberíamos enseñar a los más jóvenes (en colegios, institutos y universidades) y también a los adultos, los mecanismos a seguir para distinguir esos bulos y por ende, evitar emponzoñar las mentes de las personas.

Es fundamental dar a las nuevas generaciones utensilios para que ellos puedan discernir, formándose con la máxima libertad, y no sujeta al adoctrinamiento sectario de ideologías que ahogan poco a poco la libertad del individuo.