Una manifestación es una guerra', por Martín Sagrera Capdevila

Una manifestación es la forma limitada que toma un conflicto, una guerra, entre territorios, clases, ideologías, religiones y razas, intereses con frecuencia entremezclados. El conflicto racial en Estados Unidos desde su nacimiento contribuyó a su guerra civil, como el racismo europeo había servido para justificar su colonialismo mundial.

Solo un ignorante o un racista puede negar que las masivas manifestaciones ante la muerte del afroamericano George Floyd no son una desmesurada reacción ante su asesinato por un policía, sino la chispa que provocó una natural reacción ante el trato inhumano que sufren también en otros muchos países importantes minorías racializadas.

Los racistas pretenden hoy mantener su opresión y desmovilizar a los cobardes apelando al miedo al infierno del coronavirus para condenar esas protestas, muy oportunas porque, en vísperas de elecciones en EEUU, pueden evitar que de Trump dañe aún más a sus víctimas en el mundo entero. De ahí la importancia de denunciar los hipócritas argumentos de los racistas. En Madrid, por ejemplo, los manifestantes no fueron ni la décima parte (y al aire libre) de quienes utilizan el Metro cada día.