El PSOE propone un pacto de todos contra Cassá. Lo engrandecen. Nunca nadie acumuló contra sí tamaña e hipotética coalición. El PSOE cree que aislando a Juan Cassá, tránsfuga de Ciudadanos y ahora miembro del equipo de gobierno de la Diputación que preside el PP, las instituciones tendrían estabilidad, cuando en realidad, si al verso suelto se le deja en la oposición, estaría formando un poema o cataclismo en menos que se calla un gallo. Esto no es contradictorio con pensar que es porno arrearle 93.000 euros al año para adquirirlo y tranquilizarlo. Los socialistas quieren hacer ver que hay que elegir entre ellos o Cassá. Lejos de poner al PP en un brete, el PP se alegra. Ya ha elegido. No sabemos si es que los socialistas se postulan como socios de Gobierno del Partido Popular o que Cassá ya les ha dicho que no secundará con ellos una moción de censura contra Francisco de la Torre.

Los socialistas hablan de cordón sanitario, que es lo mismo que llamar apestado a Cassá. Aquí todo el mundo tiene olfato para los cadáveres de los demás. Todo es un lío. Pero a río revuelto hay ganancia de 'Cassá-dores' . Ciudadanos por su parte ha convocado al PP o al pacto o a no se sabe muy bien qué. Para no se sabe qué. La dignidad que invocan solo puede obtenerse rompiendo el pacto que les obliga a sentarse a la misma mesa (de Gobierno) que Cassá. No lo toleran como comensal pero le están pasando la sal. Y de ahí nadie se levanta.

Ciudadanos está en horas bajas y no sabemos si los batacazos en Galicia y Euskadi acentuarán su decadencia o su giro a la izquierda de la derecha. O sea, si saldrá reforzado el marinismo o el arrimadismo. Lo mejor que le podría pasar es que su líder mundial fuera el diputado malagueño Guillermo Díaz. Pero esto es una debilidad personal.

Habrá que estar atento a todo el ruido que va a seguir produciéndose en torno al asunto Cassá, que va a ser más abundante que las nueces.