La meteorología ha experimentado avances enormes y uno ya sabe el tiempo de las próximas semanas. Con las borrascas éticas no suele ocurrir igual, pero a veces la predicción es muy sencilla. Por ejemplo, antes de que esté a la vista la línea de llegada en la carrera hacia la vacuna ya sabemos que seremos barridos por una sucesión de frentes de bajas presiones éticas, con algunos ciclones tropicales. El primero (que ya anuncia ese paladín de la bellaquería ética mundial con apellido de porrazo) será el de la exclusiva de una primera potencia con la empresa farmacéutica fabricante. El segundo el del acaparamiento por los países ricos en general, en perjuicio como siempre de los pobres. El tercero el de la distribución entre la población. ¿No habría modo de que los gurús éticos fueran formando criterio y estableciendo unas reglas, aunque solo sea para saber luego quién se las salta?