Cees Nooteboom, premio Formentor de las Letras, ha dicho que España, en lo esencial, es un país que no se ha reconciliado. Pero en el fondo ningún país que haya pasado por una guerra civil lo ha hecho. El caso de USA es paradigmático al respecto. Su guerra civil parece enterrada en la historia dos tercios de siglo más abajo todavía que la nuestra, pero en realidad vive a flor de piel y sigue presente, marcando el diapasón de los días. Una guerra civil es lo más parecido a una explosión nuclear: una disociación a nivel de átomos, que libera una ingente energía y deja contaminado para siempre el suelo. Nunca he creído que la receta fuera el olvido, ni siquiera la reconciliación, sino la férrea y tenaz articulación de la convivencia, una sutura más eficaz que los placebos conciliatorios. La voluntad de acuerdo, y su puesta en práctica, deberían ser los movimientos de su gimnasia diaria.