John Calathes nació en New York en 1926. Griego-estadounidense de primera generación sus padres habían llegado de la isla de Lemnos a la isla de Ellis a principios del s. XX en busca de un futuro mejor, y lo consiguieron. El mayor Calathes se convirtió en un héroe de la Segunda Guerra Mundial participando en misiones en Europa como artillero en un B-24. Obtuvo su titulo de ingeniero y trabajó en New York, Baltimore y Orlando antes de jubilarse en 1986 con 60 años. Su ansia de conocimiento no conocía limites y una vez jubilado regresó a la escuela en Rollins College donde no solo obtuvo su licenciatura en Literatura Inglesa sino que también dio el discurso de graduación como mejor alumno de la clase. Posteriormente, como cuenta Kevin Brockway en Gainesville Sun, obtendría su maestría en la UCF. «Mi abuelo significaba mucho para mí» recuerda el base del Barcelona. Asistía todos los días a los entrenamientos de su nieto en Lake Howell HS, de hecho era a la única persona que le permitían asistir a los entrenamientos. John falleció en 2006, a los 80 años después de complicarse una operación de cadera, y no pudo ver debutar a su nieto con los Gators de la Universidad de Florida de Billy Donovan, hace unas horas nombrado entrenador de los Chicago Bulls, pero su recuerdo siempre ha sido su mayor motivación.

Calathes en griego se traduce como canasta y con ese apellido era difícil que el joven Nick no siguiera la estela de su padre y sus hermanos mayores, los gemelos John y Pat. Con tres años ya destacaba en competiciones para niños de cinco. La competencia con sus hermanos era feroz y el pequeño Nicky siempre se llevaba la peor parte. Cuando tenía 8 años habló con su padre para que les construyera una pista de basket en el patio trasero de casa. Su padre les dijo que si querían la cancha tenían que colaborar y vendieron sus cromos de baloncesto, que incluían una tarjeta de Pete Maravich en su año rookie. Recaudaron 400$, cantidad suficiente para comenzar la obra. En esa cancha los 3 hermanos y su vecino Mark llegaban a pasar 7 horas al día jugando. Cuando tenían problemas, su padre les daba unos guantes de boxeo para que resolvieran sus diferencias de la manera menos dolorosa posible.

Esos partidos, aunque brutalmente competitivos, acabaron de forjar una alianza entre hermanos que les llevo a hacerse un tatuaje idéntico. Un corazón sobre el que hay una gran «C» en color negro con las letras rojas entrelazadas «J», «P» y «N», que representan sus nombres en medio. «Se trata de nuestro vinculo fraternal. Se trata de permanecer juntos».

Nick es el timón del Barça de su amigo Jasikevicius y para Rick Pitino «es mejor pasador que Bird, Magic, Maurice Cheeks o Isiah Thomas». El 4 de abril de 2019 se convirtió en el segundo jugador, detrás de Nikola Vujcic, en lograr un triple doble en la Euroliga: 11 puntos, 11 rebotes y 18 asistencias ante Budusnost. Es uno de los pocos jugadores que ha ganado la Euroliga, (2011 Panathinaikos) y la Eurocup (2013 Lokomotiv Kuban) y después de un discreto debut en la ACB tratará de demostrar ante Unicaja y Gal Mekel porque ha sido el único fichaje blaugrana este año. Con el 99 a la espalda porque es el número favorito de su hijo, no puede llevar su habitual 33 porque lo luce Nikola Mirotic, es el hombre a parar por el equipo de Luis Casimiro. Es el motor y si se para, el equipo sufre, como ocurrió en la primera jornada. Ese debe ser el primer objetivo para intentar mantener la racha ante los blaugranas en el Carpena y, si de paso se coge algún rebote, mejor. Suerte€ y poneros la mascarilla.