Hace unos días, a horas de cumplirse un año de la muerte inesperada y penosa de Eugenio Chicano, sus amigos y la Concejala de Cultura del Ayuntamiento, descubrían una losa pétrea en la entrada de la Casa Natal de Picasso. Lugar éste, que fue presidido y gestionado en sus inicios por el bueno de Chicano.

El señor Luna, tan elegante como siempre, y el alcalde de nuestra ciudad, acompañaban a la familia en ese acto tan discreto pero valioso, con la presencia de Mariluz. Su mujer y vida que, de negro, representaba a la perfección el camino tenebroso de quien recibe el adiós mudo de quien más quiere, dejando la vida sin vida y el color en la ausencia.

Chicano ya lleva un año muerto. Desaparecido de Calle Victoria y del Nerva. Pero, en algunas cosas sigue todo igual. Recuerdo, en una ocasión a tenor de un artículo, que me llamó Chicano. Hablamos de cosas variadas. Todo muy sano. Sin necesidad de rebajar el lenguaje para condensar grandes mensajes. Y sería mentira aseverar que él no quisiera haber tenido en vida un espacio propio en el que se expusieran sus obras.

Sin ir más lejos, yéndonos a Aguatintas por Seguiriyas en el Palacio Episcopal, podías observar la felicidad echa hombre al presenciar cómo Eugenio disfrutaba de una exposición tan enorme. Un artista con obras en las mejores salas del mundo. Un señor humilde que estaba situado en las antípodas del figureo y la pantomima. Un artista justo. Necesario. Y con un claro compromiso social en el que empapaba sus pinceles y brochas. El hombre de los trazos generosos para definir la delicadeza. Ese Chicano que fue muy feliz en la exposición de la plaza del Obispo en la añorada ya por todos etapa de Gonzalo Otalecu al frente.

Era su vida. Crear y exponer. Pero sin alcayatas y paredes, no hay nada que hacer. Pero parece que podemos estar cerca de algo. Porque, volviendo al inicio, hace unos días la que manda en la cultura malagueña estaba en la Casa Natal, rodeado de gente que sabe del tema: Véase Reguero y de Luna en el arte y el alcalde en lo de pagar y buscar soluciones. Y quizá ya le estén llegando pistas suficientes para comprender que lo de Chicano no es algo menor. Que ha tenido espacio en todos los medios el pasado día 19 de noviembre al cumplirse un año de su muerte.

Que Eugenio Chicano necesita un espacio en Málaga capital donde poder quedar expuesta parte de su colección. Que lo necesitamos todos. Los malagueños para vivir. Los artistas para crecer. Y los turistas para poner más aún en valor a nuestra ciudad.

¿Qué más hay que tener o hacer para que eso suceda? ¿Tienen que venir de Vélez para llevarse toda su colección? Cosa, por cierto, que les honra, distingue y dice mucho de su alcalde y equipo de gobierno que tan honrados están siendo con el asunto.

¿Pero qué pasa con Málaga? ¿Qué pasa con la ciudad de los museos? ¿Qué están haciendo desde la Concejalía de cultura además de cargarse a Elías de Mateo?

Quizá haya que plantearse esto de otra manera. Y es que, sin ser un adivino, todo apunta a que difícilmente la señora Losada vuelva a ser concejala de cultura nunca mais. Y no por nada personal. Pero la política arrasa. Y será complicado que el electorado no acuda al bipartidismo en nuestra ciudad tras la situación general, el ciclón Cassá y la acción discreta de la concejala en cuestión.

¿Por qué no acabar estos años con algo potente en el currículum? ¿Por qué no tener en el futuro el orgullo y la felicidad de haber logrado algo tan importante para Málaga como un espacio dedicado a Eugenio Chicano? Alguien tan poco conocida como Losada pasaría a jugar un papel clave en el ámbito cultural. A ser valorada de verdad y no por cortesía.

No se sabe bien el motivo por el cual aún no se oye nada al respecto. Ni siquiera una frase vacua de estamos trabajando en ello. Nada. Pero en Vélez Málaga ya están de obras. ¿Y aquí? Hablando del Astoria y poquito más.

El deporte está muy bien -y a mí me vendría de perlas-, pero la cultura malagueña necesita oxígeno con cosas nuevas, válidas y enriquecedoras. Y esto no es por capricho. No es buscar cosas extrañas fuera. Se trata de justicia. Llana, clara y necesaria. Justicia de Málaga con Eugenio Chicano y su obra.

Y es que, a poco que se conozca el arte malagueño contemporáneo, sale su figura emergiendo desde lo más alto de la Victoria para colorear Málaga con un pop sureño por el que muchas generaciones suspiran.

Un museo para Chicano. Ya. Con urgencia. Y que se llame como se quiera. Sala Chicano. Espacio Eugenio Chicano. LosadArt. Como quiera usted. Pero es una verdadera vergüenza para todos los implicados en este asunto que aún no se sepa nada al respecto. Estamos llamados a defender un espacio para Eugenio. Ciudadanos, artistas, colectivo cultural y los políticos.

Que las losas de piedra están muy bien. Que quedan bonitas al descubrirlas. Pero hay que tener cuidado con ellas. Porque pesan bastante y te pueden acompañar en tu caminar siempre. Menos flores y más alcayatas. Que lo que queremos es poder ver a Chicano en Málaga.

Yo tengo todo el tiempo del mundo para seguir pidiéndole aquí y donde sea necesario. Y como yo, muchísimos otros malagueños que entendemos necesaria que se pongan de acuerdo. Chicano, la losa y Losada.

O si no, Berta, explícaselo tú. Un museo para Chicano. Ya. Yo tengo todo el tiempo del mundo para seguir pidiéndole aquí y donde sea necesario. Y como yo, muchísimos otros malagueños que entendemos necesaria que se pongan de acuerdo. Chicano, la losa y Losada.

O si no, Berta, explícaselo tú. Un museo para Chicano. Ya.

Viva Málaga.