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El palique

Jose María de Loma

Redactor jefe

Quién es el último

Me voy para el Palacio de Ferias que van a vacunar ya a un trillón de personas al minuto

Quién es el últimoÁlex Zea

La Junta dice que va a vacunar a quinientos mil andaluces a la semana. Andalucía imparable. No hay vacunas. «Plan 500.000» lo llaman. Estamos vendiendo la piel de la vacuna antes de cazarla. Ojalá nuestras queridas autoridades autonómicas estén en lo cierto y hasta se hayan quedado cortas, cortísimas, y vacunen a un millón, mejor millón y medio a la semana. O dos millones cada cinco días. El Palacio de Ferias y Congresos, que está para pocas ferias y congresos ya no se hacen, puede encontrar una gran utilidad y ahí quizás coincidamos todos en la cola, hola, qué haces, aquí a vacunarme, ah pues no sabía que tenías ya cincuenta tacos. Y en ese plan. En España somos capaces de organizar unas elecciones en plena pandemia, es decir, lograr que en una solo jornada millones de personas vayan a un punto a hacer una cosa (en este caso meter una papeleta en una urna) pero no somos capaces, es decir, somos unos incapaces, de lograr vacunar en masa a la peña. Sin descanso, con estudiantes de medicina y enfermería, con el Ejército, con voluntarios, en estadios y jardines y polideportivos y colegios y donde haga falta. Eso habría que hacer. Si empiezan a acondicionar ahora el Palacio de Ferias van tarde. ¿Qué hubiera pasado si las vacunas hubieran llegado a su hora? Pues nos habrían pillado en bragas. A nosotros y al Palacio de Ferias, que tal vez luciría unas bragas gigantes, una braga faja tal vez, dadas sus dimensiones. O una batamanta. Para Málaga, la previsión que hace la Junta es de 80.000 vacunados por semana solo en el Palacio, lo cual nos lleva a que en puertas de verano tengamos inmunidad de rebaño, como si no fuéramos ya bastante dóciles. Hagan apuestas. Yo voy a ir tirando ya para el dicho Palacio de Ferias no se me vaya a colar alguien. Será la primera vez en mi vida que una cola me dé gusto. Perdón. Una fila de gente, larga y alegre, como de sábado por la tarde a las puertas de un elegante garito de moda en la vida de antes. Quién es el último.

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