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Incendio en Sierra Bermeja iniciado en PujerraÁlex Zea / Javier Lerena

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Quémame otra vez

Son las tres de la tarde en La Resinera, agreste paraje de complicado acceso, en Pujerra, y el terral zumba a treinta y ocho grados, la humedad es bajísima, no colabora, como quien yo sé, un vecino me llama y señala con su dedo nudoso -igualito que el bastón que está en el suelo- uno, dos, tres puntos de humo. Ya ha telefoneado a emergencias, el 112, no sabe que otros también… pero tienen que pasar dos horas hasta que a las 17.05 la delegada del Gobierno declare el nivel 1 de emergencias, y solo a las 20.19 el consejero de Presidencia se atreve con el 2, lo que supone pedir ayuda al Gobierno central, y solo a la medianoche empiezan a llegar los efectivos de la UME… Hay que ir paso a paso, no nos vayamos a precipitar y alarmemos, pero los pueblos ya están alarmados, van por delante siempre… las llamas son más rápidas que las decisiones políticas, van a cuarenta kilómetros por hora, a las cinco ya han recorrido…, a las ocho… Las administraciones siempre tibias, aunque estemos en campaña electoral. Tres bomberos heridos, todo el casco urbano de Benahavís desalojado, Estepona y Jubrique con la vista levantada en dirección a Sierra Bermeja… y de la urbanización Montemayor los Ferrari y los Tesla pifiando en dirección a la Costa. Las casas de campo se abandonan, el trabajo de la Guardia Civil es difícil en domicilios y negocios, y este señor mayor que no se quiere ir, por favor, señor…

Lo curioso es que este incendio coincide en el lugar donde se quedó el de septiembre del pasado año, pero tranquilos, ¿alguien no acabó su crimen y ahora quiere enmendarse? El Plan Infoca está que arde, el calor es abrasador, muchos están rojos por el calor y la vergüenza, los medios aéreos no pueden desplegarse por completo por la inversión térmica, los que llegarían a ser veinticuatro horas después mil efectivos de tierra rinden hasta el límite de sus fuerzas, eso sí, la modernidad ya ha llegado al puesto de mando avanzado, unidad móvil de meteorología y trasmisiones, análisis y seguimientos, para que después digan. Empiezan a llegar unidades de Ronda, Algatocín, Manilva… todas son pocas, la Unidad de Policía de la Junta, el 061, los policías locales, Protección Civil de distintas localidades…, no, si por organismos oficiales no es, ayuntamientos, Diputación, Junta, el Estado…, no, no es por eso. Los pinos crujen de dolor, se tronchan, las piñas salen despedidas como granadas con su correspondiente metralla. Parece que el fuego del pasado año no pudo con todo, quedaba, no sé si queda, mucho por hacer, lo que se salvó tiene ahora los minutos contados tras ocho meses de espera, ¿cuánto aumentó el presupuesto interanual contraincendios del INFOCA?, ¿y el número de efectivos?, ¿y los mecanismos de prevención…? Pues este año, me apunta el médico del pueblo, el presupuesto es de 175,1 millones de euros, ¿y el de 2021?, pregunto, pues 175,1, es que no me has entendido. Las llamas arrasan a una velocidad de 30 metros por minuto en dirección sur, hacia la Costa, ¿quién llegará antes?, la noche es larga, más de dos mil hectáreas ya están afectadas, suma y sigue.

Un excursionista se aproxima sudando y a paso legionario, no sé si es por la rabia o el dolor, o las dos cosas, da una patada, levanta el polvo de la tierra, me fijo que deja la mochila en un portal y se adentra al otro lado de la carretera. El médico también le ha visto, habla con una mujer joven, su cara me suena, le dice que todos los aparatos de propaganda están a tope, cada uno con los suyos, y que esto no ha hecho más que empezar, la batalla está servida, pero viene después, mientras hay fuego se supone que el enemigo es el fuego, a continuación y con las cenizas vendrán las hogueras, cada uno llevará a su Juana de Arco a la pira, la parroquia se arremolinará en derredor y las víctimas arderán en holocausto, recitando los brujos las plegarias a su Señor.

Francisco de Quevedo lo expresó así:

Del sol huyendo, el mismo sol buscaba,

y al fuego ardiente cuando el fuego

ardía;

alegre iba siguiendo mi alegría,

y, fatigado, mi descanso hallaba.

Fue tras su libertad mi vida esclava,

y corrió tras sí vida el alma mía;

buscaron mis tinieblas a su día,

que dando luz al mismo sol andaba.

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