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El lobby de la industria energética cabildea con éxito en Bruselas

Según el Observatorio de la Europa Corporativa, ONG sin ánimo de lucro que sigue el cabildeo de la industria en la capital comunitaria

Planta de gas renovable

Planta de gas renovable

Joaquín Rábago

Joaquín Rábago

Si el lector se pregunta cómo es posible que las principales empresas energéticas hayan obtenido ganancias récord desde la invasión rusa de Ucrania en perjuicio de los ciudadanos, la respuesta está en parte en su intensa labor de lobby en Bruselas.

Gracias a ese cabildeo cerca de la Comisión y el Parlamento europeos, el sector energético consiguió, por ejemplo, retrasar actuaciones en ese mercado que habrían podido aliviar el coste de la crisis para los ciudadanos del Viejo Continente.

Según el Observatorio de la Europa Corporativa, ONG sin ánimo de lucro que sigue el cabildeo de la industria en la capital comunitaria, la de los hidrocarburos aprovechó su «acceso sin precedentes» a la Comisión y al Parlamento europeos para «retrasar o minimizar medidas» que pudieran perjudicarla.

Desde que comenzó esa guerra en suelo europeo, la industria energética mantuvo más de un centenar de reuniones con funcionarios de alto nivel de la Comisión, es decir más de una cada día laborable.

Cuando el pasado mes de marzo, la UE anunció su plan de renunciar al gas ruso, la presidente de la Comisión, la cristianodemócrata alemana Ursula van der Leyen, se vio con los máximos dirigentes de Shell, BP, Total y Eni, en el marco de una reunión organizada por la llamada ‘Mesa Redonda de la Industria Europea’.

Los directivos del sector advirtieron a la Comisión del «peligro de interferir en el mercado energético» y objetaron de modo especial en la posibilidad de poner un «tope problemático» a los precios del gas.

El resultado fue que la Comisión Europea tardó meses antes de tomar siquiera en consideración ese posible tope y lo hizo sólo después de que algunos gobiernos de la UE presionasen en ese sentido.

En Francia, por ejemplo, TotalEnergies ha conseguido frenar un impuesto sobre los beneficios extraordinarios después de que su director general argumentase que los ciudadanos se benefician ya de un precio reducido en sus gasolineras.

La presidenta de la Comisión y los directores generales de las empresas energéticas acordaron formar un grupo de trabajo de esa industria que asesorase a Bruselas sobre medidas «factibles» en materia de infraestructuras y en la búsqueda de nuevas fuentes de energía.

Los lobistas de la industria gasista tanto europea como de Estados Unidos se han reunido también con miembros del Parlamento europeo para ver la mejor forma, según ellos, de impulsar la producción y la importación de gas.

«Shell, TotalEnergies, Eni y Repsol han obtenido en lo que va de año beneficios de 78.000 millones de euros, con los que podría ayudarse a millones de familias que tienen problemas para pagar sus facturas», afirma Pascoe Sabido, de la citada ONG.

«En lugar de hacer frente a una crisis energética de la que son también responsables, las empresas se han dedicado a entorpecer las acciones de los gobiernos y a reclamar una mayor producción de hidrocarburos», agrega Sabido en un comunicado que advierte de que todo ello contribuirá además a acelerar el cambio climático, el mayor peligro al que nos enfrentamos.

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