Mirando al abismo

La importancia de nombrar

María Gaitán

María Gaitán

Los seres humanos tenemos una arraigada costumbre de nombrar las cosas. Pudiera parecer que el acto de dar nombre a lo que nos rodea es un hecho puramente circunstancial, que no tiene nada que señalar. Pero no es verdad. Los nombres hacen muchas cosas de las que, a mi parecer, no somos plenamente conscientes.

Cabría entonces a estas alturas preguntarse qué es un nombre. Pues bien, según la RAE un nombre es una palabra o conjunto de palabras que se designan y sirven para distinguir a los seres vivos de los objetos físicos o abstractos. Es decir, los nombres son propios de los seres vivos, de los animales y de las plantas. A mi modo de entender los seres humanos nombramos para cualificar y clasificar, nos gusta mucho que todo encaje en las definiciones que creamos para ellos. No nos gusta que nadie, ni nada, esté descalificado, fuera de su sitio o sin definición. Nombramos para saber cosas sobre el mundo que no sabíamos antes de nombrar. Nombrar clarifica y ordena el caos que para nosotros es el universo. Nombrar nos da una apariencia de control, nos hace creer que decimos el sentido del mundo y de nuestro entorno.

Nombrar es lo primero que se hace cuando llega un recién nacido a casa. Normalmente, lo primero que hacen sus padres es ponerle el nombre que han pasado muchos meses pensando, porque ese nombre dirá algo de ese bebé siempre. Nombramos a nuestras mascotas, les ponemos apodos a nuestros amigos, a nuestra pareja. Hay niños que nombran a sus juguetes favoritos. Como podemos observar, nombrar es algo que hacemos para demostrar amor, nombramos aquellas cosas que queremos. Querer a alguien implica que vamos a ponerle un nombre especial, sólo para él. Esto me ha hecho ver que nombro demasiadas cosas. Le pongo nombre a los peluches, al mar en el que me baño. Le pongo nombre al tiempo en un inútil intento de medirlo, le pongo nombre a la manta que tengo en el sofá y a mi taza favorita. Le puse nombre a mis mascotas para luego no usarlos nunca, porque prefiero sus apodos.

A fin de cuentas, todo esto era para hablar de Tihago. Hace una semana que llegaste aquí y seguro que ya te han nombrado de muchas maneras que te dirán constantemente que eres querido. Tihago, así te nombró tu madre y así te presentarás al mundo al que dentro de poco tu también irás nombrando.

Suscríbete para seguir leyendo