MÁLAGA DE UN VISTAZO

¡‘Arcarde’, dame una casa!

Llaves de una vivienda.

Llaves de una vivienda. / L. O.

Angelines de Lorenzo

Angelines de Lorenzo

Los temas de actualidad vienen a golpe de titular: Sequía, agricultores, ganaderos, guerra… Todo se masca, pero se hace bola. Súbitamente, recordé un vídeo de una señora que teatralmente sollozaba a nuestro alcalde: «¡‘Arcarde’, dame una casa…!». A veces, ser alcalde no está pagado.

Tener techo, comida y bebida proporciona paz. ¿Quién no la desea para todos? Ahora se señala al propietario de vivienda como usurero, especialmente el arrendador, pero no hay usura en el mercado del alquiler, aunque nos guste demonizarlo por envidia. El precio del alquiler deviene de la oferta privada y pública de vivienda, la demanda y dos índices correctores: la Ley de Arrendamientos Urbanos (reformada varias veces para finalmente no fomentar el alquiler) y normativa para acceso a vivienda social (cuyos requisitos muchos ciudadanos maquillan, o estudian para cumplir, y los de permanencia parecen no existir), además de otros factores como empleo, salarios…

Estado y Comunidades se preocupan tarde y mal de la demanda de vivienda social. No combaten la ‘ inquiocupación’ ni la ocupación. Juzgados saturados incapaces de impartir justicia: ¿Qué valiente alquila? Se vende a foráneos porque no llegamos al ahorro exigido para la hipoteca. Paro, precariedad laboral, inflación... ¿Dónde está la equiparación con los europeos que invierten? No toquemos a los extra-europeos que ya nos manejan y compran políticos. El propietario es culpado por ahorrar e invertir en inmuebles, aunque tribute, pero se promueve la envidia más que nunca, y se le señala en lugar de señalar la inoperancia de muchos gobernantes y sus políticas fallidas. Los arrendadores no son demonios y contribuyen impositivamente al sistema social, no están obligados a donar. Tampoco es un derecho ser subsidiado. Los responsables somos los ciudadanos, que no exigimos al político, ni a nosotros mismos. El sistema sólo se salva con ética a mansalva.