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Qué pudo fallar en el Titán, el sumergible desaparecido en el Atlántico

Una imagen de archivo del submarino 'Titán'.

Una imagen de archivo del submarino 'Titán'. / EP

Stefan B. Williams

Continúa sin éxito la amplia operación de búsqueda y rescate del Titán, un sumergible comercial que desapareció durante una inmersión en los restos del naufragio del Titanic.

Según los guardacostas estadounidenses, se perdió el contacto con el sumergible al cabo de una hora y 45 minutos de inmersión, con cinco personas a bordo. La embarcación fue reportada como perdida a las 9:13 pm hora local del domingo 18 de junio.

La expedición estaba a cargo de la empresa estadounidense OceanGate y formaba parte de un viaje de ocho días en el que los participantes pagaban 250.000 dólares por cabeza para visitar el pecio. Desde el lunes por la tarde, el contralmirante John Mauger, de la Guardia Costera estadounidense, declaró que la embarcación disponía probablemente de entre 70 y 96 horas de oxígeno para los pasajeros. El tiempo se agota.

Los restos del Titanic se encuentran a unos 3.800 metros de profundidad en el Atlántico, a 700 km al sur de St John’s (Terranova). Encontrar un vehículo submarino del tamaño de un pequeño autobús en esta vasta y remota extensión de océano no es tarea fácil. Esto es a lo que se enfrentan los equipos de búsqueda y rescate.

aplicada y las pequeñas deformaciones del material resultantes de los cambios de presión, tensión y peso.

Desaparece el sumergible Titán de OceanGate

Los sumergibles son embarcaciones tripuladas que se desplazan de forma similar a los submarinos, pero dentro de un radio de acción mucho más limitado. Suelen utilizarse para la investigación y la exploración. A diferencia de los submarinos, acostumbran a tener una ventana que permite a los pasajeros mirar al exterior y cámaras exteriores que ofrecen una visión más amplia del sumergible.

El sumergible desaparecido en cuestión es una moto acuática OceanGate llamada Titán que puede llevar a cinco personas a profundidades de hasta 4.000 m. El Titán mide unos 6 metros de largo y alcanza una velocidad de unos 5,5 km por hora. Aunque los sumergibles suelen estar conectados a una embarcación de superficie mediante un cable de sujeción, el vídeo y las fotos sugieren que el Titán probablemente funcionaba de forma independiente de la embarcación de superficie.

Según el sitio web de OceanGate, el Titán se utiliza “para la inspección y el reconocimiento de emplazamientos, la investigación y la recopilación de datos, la producción de películas y medios de comunicación y las pruebas de 'hardware' y 'software' en aguas profundas”.

También cuenta con un “sistema de monitorización de la salud del casco en tiempo real (RTM)”. Es probable que incluya galgas extensométricas para controlar la salud del casco de fibra de carbono del Titán. Una galga extensométrica es un tipo de sensor que puede medir la fuerza aplicada y las pequeñas deformaciones del material resultantes de los cambios de presión, tensión y peso.

El casco de fibra de carbono del Titán conecta dos cúpulas de titanio compuesto, un material capaz de soportar las presiones de las profundidades marinas. A 3.800 metros bajo el nivel del mar (la profundidad del Titanic) se pueden esperar presiones unas 380 veces superiores a la presión atmosférica a la que estamos acostumbrados en la superficie de la Tierra.

Comunicación y rescate

El Titán dispondría de un enlace acústico con su buque de superficie, establecido a través de un traspondedor (un dispositivo para recibir una señal sonar) en su extremo, y un trasceptor (un dispositivo que puede tanto transmitir como recibir comunicaciones) en el buque de superficie.

Este enlace permite el posicionamiento acústico submarino, así como el envío de mensajes cortos de texto de ida y vuelta al buque de superficie. Pero la cantidad de datos que pueden compartirse es limitada y suele incluir información básica de telemetría y estado.

El Titán es una embarcación que funciona con baterías. Dado que ha perdido todo contacto con su buque de superficie, es posible que haya sufrido un fallo eléctrico. Lo ideal sería disponer de una fuente de energía de reserva de emergencia (como una batería independiente) para mantener los equipos de emergencia y de soporte vital, pero no está claro si el Titán la tenía.

Según los informes, para localizarlo se están utilizando al menos dos aviones, un submarino y boyas sonar. Estas boyas están a la escucha de ruidos submarinos, incluidas las balizas de socorro que puedan haberse disparado.

Uno de los principales retos de las labores de rescate será hacer frente a las condiciones meteorológicas, que reducirán aún más el ya de por sí estrecho margen de búsqueda.

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* Stefan B. Williams es profesor de robótica

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.