Cartas de los lectores

José Rein

¿Beneficiosa para quién?

Hace unas semanas concluyó la obra de ampliación de la carretera de subida a Gibralfaro, con un carril por sentido, por los que cada día transitan numerosos vehículos de vecinos que viven en la zona y de turistas que van a visitar el castillo o el parador de turismo. La estrecha carretera se convertía en un auténtico peligro cuando en la curva de subida al monte coincidían dos vehículos, no digamos ya si se trataba de dos autobuses, uno en cada sentido. Ahora, los vehículos pueden circular de manera amplia y los autobuses pueden cruzarse con precaución, cuando antes debían pararse y maniobrar con dificultad para dejarse el paso expedito. El problema es que para ampliar los carriles de la curva del paseo de Calvo Sotelo, se ha suprimido la acera del paseo de Salvador Rueda (camino nuevo). De esta manera, los peatones que suben desde el paseo de Sancha hacia la calle Ferrándiz (y viceversa) se ven obligados a cruzar cuatro pasos de peatones, cuatro, y dar un rodeo, cuando antes podían hacer ese mismo recorrido en línea recta, cruzando sólo la carretera de subida a Gibralfaro. El problema, bajo mi punto de vista, es que se ha tratado de mejorar la situación del tráfico rodado a costa del tráfico peatonal. Basta con darse un paseo por la zona para comprobarlo y ver cómo no son pocos los peatones que se la juegan haciendo el trayecto en línea recta, andando por la carretera, antes que dar un rodeo (cuatro pasos de peatones) que no tiene mucho sentido.