Tierra de nadie

La confusión como forma de lucidez

Dos personas caminan bajo la lluvia.

Dos personas caminan bajo la lluvia. / L. O.

Juan José Millás

Juan José Millás

La niebla y la lluvia son compatibles. Se lo oí decir en la tele a una mujer que padecía de niebla mental como consecuencia de un covid prolongado.

-En tal caso -añadió enseguida-, las gotas de lluvia parecen ideas que tratan de abrirse paso entre la bruma.

De la niebla mental se viene hablando como de un síntoma poscovid de carácter individual. Se caracteriza, en efecto, por un sentimiento de confusión, también de dificultades para pensar con claridad y para concentrarse o recordar algo. Puedes, si sufres este síntoma, llevar una vida normal como puedes fingir que sabes a dónde te diriges entre la niebla. Pero no sería raro que tropezaras, claro, porque lo cierto es que se mueve uno poco a ciegas.

Así va el mundo, ¿no?, un poco a ciegas. «La justicia existe, pero la imparte un bromista», decía Jules Renard. Hay orden, añado yo, pero se da dentro del caos. Los niveles de pobreza de la India ponen los pelos de punta, pero esos pobres han colocado un satélite en la Luna: he ahí un bien que ocurre dentro del mal. Debería ser al revés: que el mal sucediera, como excepción, dentro del bien. Llegaremos a eso cuando se disipe la niebla mental de carácter colectivo que nos aqueja, si llegara a disiparse algún día. Y quizá no haya que ser tan exigente. Después de todo, el ser humano viene de ahí: de la confusión, del desconcierto, de la estupefacción.

Traten de imaginar, si no, lo que pasaría por la cabeza de los primeros homínidos que se pusieron de pie sobre sus extremidades inferiores. ¿Qué pensarían al descubrirse unas manos con las que podían alcanzar las frutas de los árboles o tomar una piedra para darle con ella en la cabeza a alguien? ¿Qué pasó por la mente de estos ancestros cuando fueron atacados por la autoconsciencia, que es una forma de niebla mental por la que sabemos, por ejemplo, que vamos a morir? Y es que la niebla mental, paradójicamente, proporciona a veces mucha clarividencia. Lo vengo comprobando en las entrevistas que hacen en la prensa a las personas que sufren este mal: señalan cosas increíbles, como que no es raro que llueva dentro de la niebla. ¿Podría hablarse de la confusión como una de las formas de la lucidez?

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