Tribuna

Posicionarse todo el tiempo

Carmen Lumbierres

Carmen Lumbierres

Nuestra política nacional, regional o incluso local parece en más de una ocasión el concurso de Miss Mundo, exactamente al momento en que las candidatas a la corona hacen su pequeño discurso de las mejores intenciones para la comunidad internacional. En esta carrera por ver quién queda mejor de cara a los suyos en la probable investidura de Pedro Sánchez, Sumar, después de que Podemos fuera más activo en las reivindicaciones, pide al PSOE el reconocimiento del Estado palestino. Que no es que yo esté en desacuerdo con la causa, pero cuando no son capaces de ponerse de acuerdo los posibles firmantes sobre el modelo de Estado que quieren para nuestro país, ¿de verdad vamos a abrir este melón?

A Núñez Feijóo no le ha debido parecer muy mala idea porque se ha subido también al carro con el riesgo de balcanización de España. Su portavoz en el Congreso va a solicitar un día de estos la toma en consideración del reconocimiento de Kosovo sólo por ver cómo se enfrentan unos y otros, sobre todo los partidos independentistas con la izquierda española.

Hay que posicionarse sobre los asuntos de actualidad todo el tiempo, en frentes a poder ser, los buenos contra los malos, con las dictaduras populistas latinoamericanas o en contra, el islam y el feminismo, Cuba o Estados Unidos, este es uno de los clásicos de los setenta que vuelven como los pantalones campana. Todo bien adornado de consignas simplistas, trasnochadas y bien manipuladas. Y así se llenan los órdenes del día de plenos municipales, parlamentos autonómicos o nacionales.

Vamos a conseguir presentar una moción proisraelí en los 8.131 municipios, en las 17 comunidades autónomas más Ceuta y Melilla, ah, y me olvidaba de las 50 diputaciones provinciales, todas ellas puntales imprescindibles para conseguir la paz en Oriente Medio. Netanyahu y Hamás están mirando con detenimiento cada una de las resoluciones antes de asesinar a unos pocos más de inocentes. Y llevamos así cuarenta años, perdiendo un tiempo precioso que podríamos dedicar a cuál es la mejor manera de renovar el alcantarillado, pero claro, el peso de llevar dentro de cada uno de nosotros un entrenador de fútbol, qué digo un entrenador, el mejor entrenador, es también extrapolable a la política. Y a ver quién se resiste a ser un estadista mundial con la solución a los problemas. Estamos acostumbrados, por desgracia, a la utilización partidista de las víctimas de ETA contra la que levantan la voz un día y otro los afectados; da igual porque se sigue haciendo oídos sordos, les es útil para su juego de los buenos y los malos. Seguiremos con los muertos internacionales para nuestros juegos de mesa.

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