Viento fresco

Desde el balcón

De madrugada, veo a un hombre en chándal. Me sugiere preguntas.

De madrugada, veo a un hombre en chándal. Me sugiere preguntas. / L. O.

Jose María de Loma

Jose María de Loma

Me asomo al balcón. Qué haríamos los columnistas sin un balcón. Veo a un hombre en chándal negro y con zapatillas blancas. Son las tres de la mañana. Me pregunto dónde irá. Que no sé yo por qué no me pregunto de dónde viene. Parece joven aún, no lo distingo muy bien. Su figura presenta una ligera orondez aunque el tipo parece alto. Camina con premura. Pienso que ya tengo asunto para la columna de mañana. La gente normal ve por el balcón a un hombre con chándal a las tres de la mañana y se acuesta sin darle mayor importancia. Un columnista en cambio lo que ve es a un personaje que meter en el artículo.

El hombre sale de mi campo de visión y la calle vuelve a estar desierta. Los adoquines descansan en previsión del peso que nuevamente habrán de soportar cuando amanezca. Una farola guiña. A lo mejor está ligando con la que tiene a unos metros. De lejos se oye un ladrido. Es un ladrido seco, aislado, sin continuidad. Un guau rotundo que corta la noche y cuyo eco tarda en irse. No corre brisa. Quizás el hombre del chándal está dándole vueltas a la manzana y aparezca en esta calle nuevamente. Si espero a comprobar si eso sucede o no, tendré material real para este texto. Si no espero, habré de ficcionar, inventarme si vuelve a pasar o no.

Tal vez el hombre del chándal esté pensando que qué hace un tío a las tres de la mañana asomado al balcón. A lo mejor él es también columnista y ahora que estará acostándose podría planear escribir un artículo sobre un hombre asomado al balcón a las tres de la mañana. Ojalá ponga que es un hombre alto y atractivo, elegante y de porte señorial. Aunque algo despeinado. Si no es muy original como columnista dirá que tengo insomnio. Algo así como veo a un hombre con insomnio asomado al balcón a las tres de la mañana. No tengo insomnio, a lo mejor el que lo tiene es él y lo conjura bajando a la calle a caminar.

No tengo insomnio, lo que pasa es que he terminado de ver una película larguísima y he salido a tomar el fresco un poco. En chándal, ahora que lo pienso.

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