La señal

Paladas de estiércol

Vicente Almenara

Vicente Almenara

El Supremo anula el ascenso de Delgado a la cúspide fiscal por la sombra de enchufismo, ese mal nacional del que, sin embargo, tantos viven sin que se conozca qué parte del PIB consume. ¿Y ahora qué?, ¿cómo llevará Garzón -el ex juez, condenado por prevaricador- el desaire? No pasa nada, Bolaños encontrará pronto una salida a la señora, la que hablaba en un almuerzo con Villarejo de asuntos de las cloacas, y hasta mal del confirmado en azufre Grande Marlasca, que no manda la Brunete a Ferraz y aledaños porque Margarita -está linda la mar- le sujeta de la bocamanga.

Siempre lo he dicho, estamos obligados a aprender de lo que hacen los oponentes/enemigos, solo entonces encontraremos las claves de la victoria, lo que le recomiendo a Feijóo encarecidamente que estudie.

Y, entre nosotros, ¿no debería haber sancionados tras siete años de trámites para la torre del puerto?, ¿cuando la burocracia se vuelve enemiga del pueblo no hay ilícito alguno?, a la vista está que no, pero quizá debería, sería una forma de protección del ciudadano ante quienes nos llevan hasta la extenuación. Más: el submarino S-81 lleva una década de retrasos y 2.000 millones de sobrecoste, y tampoco pasa nada. Los presupuestos -el estiércol de los de arriba que echan a los de abajo y un poquito se lo quedan- lo aguantan todo. Como decía André Gide, tarde o temprano abriréis los ojos…, pero entonces será tarde, añado. Fíjate, amigo lector, que el impuesto a los ricos acaba de ser bendecido por el Constitucional, como tú y yo esperábamos, y es que en este país se penaliza a los ricos porque la izquierda de la calle piensa que algo habrán hecho cuando tienen dinero, y concluyen que lo mejor es parasitarles, mientras quede alguno, claro.

Menos mal que surgen algunos movimientos distintos al aire de levante, como el de los padres anti móvil, que no permiten que sus hijos porten estos teléfonos hasta los 16 años. Alguno habrá que llevará a papá y a mamá al juzgado, y hasta ganará, tengo una apuesta hecha. Entonces, habrá que ponerse en manos del maestro Gassama, gran espiritualista africano, que me da un panfleto en plena calle en el que dice que él «soluciona todo tipo de problemas con rapidez, eficacia y garantía». Desde luego mejor que un ministro del nuevo Gobierno es seguro que lo hará.

Pero la pregunta del almuerzo es ¿por qué se mete la UE donde no la llaman, en Gaza, por ejemplo? El Innombrable, en su investidura condenó el pogromo de Hamás y pidió la liberación de los rehenes israelíes, pero puso en condiciones de igualdad la masacre terrorista y la respuesta del Estado hebreo. Algo así como la equidistancia, que tanto se lleva, como la moda casual. Bueno, todo forma parte de un todo, la embajada israelí en España denunció hace pocos días que menores judíos, estudiantes, estaban siendo acosados en las escuelas, alguno, como un alumno israelí en Ibiza, ha iniciado acciones legales, y es que las vocaciones nazis existen; o el caso del futbolista israelí del Granada, Shon Weissman, que no ha viajado con su equipo ante el riesgo de que le atacaran. ¡Joder, menos mal que estamos en un Estado de Derecho! No hablo ya de la sinagoga de Ceuta, que ha tenido que suspender un servicio de Shabat por miedo a ser asaltada por manifestantes pro-palestinos, tan pacíficos ellos. Y ahora desempeña España la presidencia rotatoria de la Unión Europa, no en vano el Susodicho fue el único líder de un gran país de los Veintisiete que no visitó Israel ni llamó a Netanyahu en los días posteriores al 7-O. Pero si somos los únicos también, de la UE y de la OTAN, que tiene comunistas en su Gobierno, qué más vamos a decir… Bueno, sí, que Mohamed VI felicitó al Inefable por su investidura, razones tiene.

Para rematarlo todo, el restaurante también mal, como la patria, te obligan al QR -les sale gratis y aparentan modernidad- y también te dicen platos fuera de carta sin dar cuenta de los precios. Dos detalles de los malos. Por eso, Luis Alberto de Cuenca decía así:

Si solo fuera porque tú me quieres

y yo te quiero a ti, y en nada creo

que no sea el amor con que me hieres...

Pero es que hay, además, esa mirada

con que premian tus ojos mi deseo,

y tu cuerpo de reina esclavizada.

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