Viento fresco

Ponga un mediador en su vida

Ahora todo el mundo quiere un mediador. Se lo pueden pedir a los Reyes. Es todo infantil y estúpido a la vez

Miriam Nogueras y Aitor Esteban.

Miriam Nogueras y Aitor Esteban. / L. O.

Jose María de Loma

Jose María de Loma

Esquerra Republicana ha pedido también un mediador. Aquí sin mediador no eres nadie. El mediador va a ser un regalo muy solicitado estas navidades. Quiero un mediador, le dirán a los Reyes Magos. Para las conversaciones con Puigdemont ya hay un mediador, que es un medio cachondeo, un estrambote, un nota experto en guerrillas. Deme un mediador, que viene mi suegra hoy. Póngame cuarto y mitad de mediador, que mis dos cuñados están juntos esta noche en la cena de Navidad. El mediador en la cocina, el mediador en el matrimonio, el mediador para los conflictos políticos y para la discusión entre padres e hijos. Un mediador necesitaría yo para dosificar a la prole el tiempo dedicado al móvil. Se lleva mucho el mediador esta temporada. Tal vez de fresa y de limón. Si nos descuidamos, tenemos un mediador debajo de la cama. Al mediador entre el Gobierno y Puigdemont pueden volverlo loco, para empezar si no se ponen de acuerdo a la hora de hablar en castellano o en catalán. El mediador no sabe si viene de árbitro, de testigo, de convidado de piedra o de adorno. Negociar con un nacionalista es exponerte a que te saque los cuartos. Los terceros, los segundos y que se lleve el mediador a casa. Al mediador le van a preguntar los de Junts si Cataluña es una nación y como al mediador se le ocurra dudar un momento ya la tenemos liada. Los telediarios de media Europa abren sus ediciones diciendo que España ha elegido un mediador para el conflicto catalán y así persiste el tópico de que somos incapaces de ponernos de acuerdo por nosotros mismos. Antes organizábamos sanjurjadas, guerras civiles, Primos de Rivera y dictablandas o duras pero ahora tenemos que hacer las compras de Navidad y meternos en la cocina, además de pagar una hipoteca, con lo cual es mejor contratar un mediador y que se coma el marrón, el verde, la cuatribarrada, la estelada y la bandera de España toda entera también y así nosotros podemos seguir con nuestra vida.

No le arriendo las ganancias al mediador, cuyo teléfono ya se lo habrán aprendido todos los dirigentes de Junts: el latazo a este hombre ha de ser inmisericorde. Mediador, mediador, seño, seño, que Sánchez no cumple… Y en ese plan. Es todo infantil y estúpido al mismo tiempo.

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