Cartas al director

'El ejemplo de Ripoll', por Venancio Rodríguez Sanz

 La nueva alcaldesa de Ripoll, Silvia Orriols, dice: «Declararemos unilateralmente la independencia y la defenderemos hasta expulsar definitivamente al Estado español de Catalunya. Promoveremos a aquellas políticas inmigratorias que beneficien a los catalanes, no a los extranjeros. Y estableceremos una política de tolerancia cero con la inseguridad ciudadana, el radicalismo islámico y el terrorismo”. La candidata de Junts per Ripoll, Manoli Vega, dice: «Yo no puedo decir que sea de extrema derecha, pero sí que es xenófoba. Nosotros intentamos un pacto igual que en cualquier otro sitio, no para echar a nadie sino para gobernar. Somos la capital de comarca con menos delincuencia y la tasa de inmigración no es más alta que en cualquier otro lugar. En muchas casas se oye aquello de que a no sé qué extranjero le han dado una ayuda, o que le pagan todo… Eso ha calado hasta el punto de que ha ganado las elecciones”. La localidad de Ripoll se encuentra inserta en el imaginario colectivo español por ser el lugar del que procedía la célula yihadista que en agosto de 2017 atentó en Barcelona y Cambrils, dejando 16 personas asesinadas. A pesar de haber sido la lista más votada, algunos vecinos de Ripoll dejan claro que: «Ripoll no es una villa de exclusión y odio sino tierra de paso y acogida». Y Silvia Orriols argumenta: «El partido que ha ganado las elecciones da como solución a todo el odio y la discriminación a las personas migradas. Las demoniza y las hace culpables de los problemas sociales que vivimos». En política, pienso que el éxito de unos se da por el fracaso de otros. Y en este caso, Alianza Catalana tiene que agradecer a ERC, el PSC, la CUP y Junts su ascenso.