Tribuna

Asegurarnos el futuro es responsabilidad de todos

"Cada carnaval se diferencia del resto en que habla del pueblo en el que nació"

Los Hola sin H, durante su actuación en semifinales.

Los Hola sin H, durante su actuación en semifinales. / Fundación del Carnaval

Laura Gómez

Laura Gómez

Santiago Moreno, historiador del Carnaval de Cádiz, dijo hace un mes que Málaga estaba adelantando a Cádiz por la derecha. No pretendo abrir la herida de las comparaciones ni enfrentar a dos carnavales hermanos, pero debería dolernos que trate a nuestro carnaval con más cariño que nosotros.

Para él, nuestro cartel es «irreverente, provocador y lo más importante: se ve a la primera»; para muchos malagueños, un sinsentido que no representa la fiesta, reflejo de que somos el hazmerreír de la ciudad.

El problema es el de siempre: ni nos queremos ni nos cuidamos. Que no se me malinterprete, tenemos mucho que mejorar y las críticas nos hacen crecer; esto no va ni de conformarse ni de censurar opiniones, sino de que también hagamos autocrítica: sobrevivimos porque hay un grupo –pequeñísimo– de personas que cargan con la responsabilidad de difundir, reivindicar y profesionalizar lo nuestro –aunque esa responsabilidad sea de todos–.

Si de verdad somos el hazmerreír de la ciudad quizás sea porque suplicamos cantera pero no la valoramos; porque no somos capaces ni de hacer críticas constructivas ni de aceptarlas; porque Carmelo de Cádi dice en Twitter «Si entrai en Yutú vei que el concurso del Falla lo siguen ahora mismo 12K persona y el de Málaga 235» y ni nos inmutamos porque estamos entre esos 12K; porque aquel Sábado de Carnaval muchos agachamos la cabeza; porque envidiamos que se presente una tesis doctoral sobre Martínez Ares pero no vamos nunca a la Conferencia Inaugural; porque la Casa del Carnaval sigue cerrada; porque se nos va la fuerza por la boca.

Habrá que despertar y arrimar más el hombro. Que la cantera no solo es responsabilidad de Paqui Prieto, Javi 3x4, Paquito Susi, El Lama, Alberto Salas, Crespi, El Kara o Lucy; que la difusión no solo es responsabilidad de la Fundación y los medios; que los eventos no solo son responsabilidad del Susi -ni de los que tuvieron que cerrar, como El Repique o El Ferreira–; que llevar el carnaval a las aulas no solo es responsabilidad de los maestros; en definitiva: que asegurarnos el futuro es responsabilidad de todos.

Esto no va ni de conformarse ni de censurar opiniones. Para que sigamos creciendo es necesario que las agrupaciones se trabajen, que las de fuera hagan calle y canten más a Málaga, que no tengamos que mendigar un teatro, que podamos cantar en la calle hasta la madrugada… y que se digan todas esas verdades; pero también que aceptemos que si es un hazmerreír, es culpa nuestra.

Cierro como empecé, con las palabras de Santiago Moreno. Cuando le agradecí su aprecio, me contestó: «Me gusta la fiesta del Carnaval en general. Y lo que más… estudiarlas». Ojalá aprendamos de sus palabras. Ojalá algún día nos miremos, sin comparaciones, y comprendamos que cada carnaval se diferencia del resto en que habla del pueblo en el que nació y que por eso es nuestro deber no echarlo a perder.