Opinión | PARECE UNA TONTERÍA

Tienes un minuto

Cuando estás a punto de perder todas tus pertenencias, y tienes una pequeña oportunidad de salvar algo, ¿qué rescatas? Es un debate que de vez en cuando me asalta. Imagina que estás tumbado en la cama, ojeando una revista, y alguien llama a tu puerta y te dice: «Sal de casa, rápido. El edificio está en llamas. No hay tiempo que perder. Corres peligro. Llévate lo importante. Tienes un minuto». A lo mejor ni siquiera estás vestido. ¿Es ponerse un pantalón, y unas zapatillas, lo importante? ¿O sacar lo que haya de valioso económicamente del apartamento? ¿O te centras en lo que posee alcance sentimental e irremplazable, y te es muy amado? ¿Agarras no más el ordenador y corres escaleras abajo?

En 1944, Malcolm Lowry estaba en su cabaña de la costa del Pacífico, y de pronto advirtió que algo se quemaba. Al salir, vio el techo en llamas. Mientras corría a buscar ayuda, su mujer, Margarie Bonner, rescató la mayoría de los manuscritos del escritor y se dirigió a la playa, entre ellos ‘Bajo el volcán’. También rescató los discos, aunque no el fonógrafo. Lowry, en su desfachatez, le reprochó que no hubiese salvado también ‘En lastre hacia el Mar Blanco’, la más larga de sus novelas en marcha, que había empezado a escribir doce años antes. Fue uno de esos extraños casos en los que, en unos segundos, estuvo clarísimo qué era lo importante. A veces creo que se necesitaría un mes, o quizás un año, para estudiar bien a fondo el inventario de tus posesiones. Y aún así, cuando lo has repasado, saber qué lo es más o menos importante requiere de una extraordinaria lucidez, y cuando a tu alrededor todo arde, muchísima sangre fría.

Perder todas las pertenencias acumuladas a lo largo de una vida, salvo una o dos, que serán las que tengas tiempo de salvar y llevarte contigo, es una variante de perder la cabeza. Cuando el incendio lo arrasa todo, y en alguna medida tú ya no eres la persona anterior al fuego, es hora de rehacerse y preguntarse en qué medida lo que rescataste te ayudará a empezar de casi cero.

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