El Viernes Santo de Alhaurín de la Torre fue uno de los más grandes recordados en los últimos años. A pesar de la amenaza de lluvia, se celebró primero el traslado del Santísimo Cristo de la Vera Cruz de una forma espléndida ante un numeroso público, lo que ya hizo auspiciar un día brillante.

El pueblo y especialmente los hermanos de la Real, Antigua y Venerable Cofradía del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Nuestra Señora de la Soledad se sobrepusieron a una mañana lluviosa y a los temores impuestos por las previsiones meteorológicas.

En contra de los pronósticos, las calles de Alhaurín de la Torre estuvieron repletas de personas que disfrutaron de la majestuosidad de los distintos actos cofrades organizados por los verdes. Solamente el vía crucis para trasladar al sagrado titular de la iglesia hasta la casa hermandad quedó deslucido por las precipitaciones y tuvo de hacerse en el interior del templo, seguido de un rápido recorrido hasta la sede de la cofradía.

A partir del medio día, la guardia de honor a cargo de los caballeros legionarios, hermanos mayores honorarios, resultó muy concurrida. Aunque la lluvia cayó de forma intermitente y el cielo estaba encapotado, cientos de personas acudieron a admirar los honores rendidos por los integrantes de la segunda Bandera del Tercio Duque de Alba de la Legión, con sede en Ceuta, al mando del coronel jefe Alfonso García-Vaquero Pradal, quien luego, por la noche, dio los primeros toques de campana del trono del Santísimo Cristo.

Por la tarde, las previsiones de lluvia preocupaban a la junta de gobierno de la cofradía, pero el pasacalles de bandas y el pase de revista ante el palco de autoridades en la plaza de San Sebastián se pudo completar sin sobresaltos. Concurrieron la Agrupación Musical Resurrección de Sierra de Yeguas, la Banda de Cornetas y Tambores del Carmen-El Perchel y la banda de música de la Legión. Después de esto, la comitiva rindió honores a los caídos en la plaza de la Legión Española, ante numeroso público.

A las siete de la tarde, comenzó el acto más espectacular de los Verdes con el traslado del Santísimo Cristo desde la casa hermandad hasta la parroquia de San Sebastián. Presidió el cortejo la alcaldesa de Nueva Iberia, Hilda Curry, ciudad norteamericana con la que Alhaurín de la Torre está hermanada.

La junta de gobierno se reunió para decidir la salida de la procesión, pues había amenaza de lluvia y finalmente se optó por la salida, aunque a un ritmo más rápido que de costumbre. La Virgen estrenó las bambalinas traseras del nuevo palio y afortunadamente no cayó una sola gota de agua durante el recorrido, lo que hizo brillar aún más la procesión, con miles de personas en las calles y con la satisfacción de todos los verdes. A las dos y media de la madrugada, el Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Soledad ya estaban en su templo.