La profesora de Derecho Civil de la UMA y hermana de la Pollinica Paloma Saborido Sánchez ha dado este sábado, sobre las tablas del Teatro de Cervantes de la capital, el pregón de la Semana Santa de 2019. Hija de Jesús Saborido, exhermano mayor de la cofradía del Domingo de Ramos y expresidente de la Agrupación de Cofradías, y de Paloma Sánchez, primera mujer en ocupar un cargo en una Junta de Gobierno de una hermandad española y estudiosa de los pregones, representa a una de las familias cofrades más importantes de la ciudad. Además, es experta en la aplicación de la Ley de Igualdad a las corporaciones nazarenas y todos esos elementos, al menos parte de cada uno de ellos, han podido verse en la intervención de la pregonera, que ha hecho una valiente y encendida defensa de la igualdad entre hombres y mujeres en el seno de las cofradías malagueñas. Es la quinta mujer en pregonar la Semana Santa malagueña, la sexta si se cuenta el pregón que Pilar Millán Astray dio por la radio.

«Da igual quién seas. A cristo le da igual de dónde provengas. Le da igual hasta qué género tengas, porque a través de las Sagradas Escrituras sabemos que sus leales no tuvieron problema en entender que el Maestro llamó por igual al hombre y a la mujer; a aquellas que también le buscaron, que asistieron a sus enseñanzas, a sus curaciones, que no le abandonaron en la cruz, que fueron testigos de su sepultura, y que seguro recibieron el Espíritu Santo al ser ellas las primeras elegidas para acoger a Jesús Resucitado», ha dicho.

El pregón se construyó sobre la vida de un cofrade malagueño desde que es niño hasta que el tiempo lo vence y, sobre ese hilo argumental, bordó una alocución sentida y sencilla con muchos guiños a la existencia procesionista que guía a muchos malagueños. «Y entonces, nuestro cofrade va dándose cuenta de que aquí, entre las paredes de nuestras hermandades, con orgullo, decimos que da igual si no eres él, sino ella; que nos hemos hecho uno por la certeza de hombres y mujeres que eliminaron absurdos reparos que no tenían cabida en el Mensaje de Cristo. Por ello, porque nos empeñamos en que no exista diferencia alguna para participar, sentir y ser cofrades, permitidme, amigos, permitidme solo un momento, dirigirme a la mitad de la población: a ellas», reseñó.

Así, interpeló a sus congéneres: «A ti, mujer, que mientras otros andas tú escalas cimas de montañas, orgullosa de abrir para otras una nueva trazada; a ti, mujer, que sueñas con un mañana diferente, mientras lo cimentas callando obsoletas heredadas; a ti, mujer, que estás cansada ya de abrir puertas a patadas; a ti, mujer, que tras un no, sonríes valiente con cada logro que no alcanzas; a ti, mujer, que te sientes atraída por su Vida, porque Él también te llama. Te invito a ti, mujer, acércate más».

Luego, destacó que se «abrieron hace tiempo los cerrojos», por lo que deben sonar con más fuerzas en el mundo cofrade «las pisadas» de las mujeres. «Porque hoy aquí solo sobra quien dice que alguna sobra, porque hoy jamás estarás por tu sexo vetada».

Siendo la Pollinica la puerta de entrada de muchos cofrades al hecho procesionista, no podían faltar unas palabras para la juventud. «Es el momento de formarse,es el momento del cambio, porque ya Cristo nos mostró la necesidad de la juventud para obrar la renovación», precisó, para añadir: «Aprended ahora, trabajad ahora, construid ahora, convertíos ahora en el cofrade que os exige vuestro Cristo».

Saborido también se refirió al nuevo recorrido oficial, que ha generado polémica por la reubicación de once mil abonados. «Fijaos, amigos, se da cuenta (el cofrade) de que el camino de Cristo no es único, inalterable, fijo, seguro... Que el camino de Cristo transcurre allá donde lo necesitan, allá donde crece la fe, allá donde se duda de Él. Y porque el camino no es el fin último y definitivo, sea cual sea el elegido hoy o mañana, este debe servirnos a todos para procesionar dignamente. ¡Recordemos, amigos, que nuestro propósito se halla al margen de debates!».

En clave más poética, destacan tres momentos cumbre en el pregón. «Es cuando descubre el sentido de la Realeza de María, cuando por primera vez escolta el Miércoles Santo a María Santísima de los Dolores, y cuando el Jueves Santo persigue sin aliento a María Santísima de la Esperanza», dijo, para agregar: «Después de verlas, después de rezarles, después de convertirse en incondicional, fiel y creyente de ellas, ya no podrá ser jamás la misma persona». Pero no puede elegir la pregonera a una sobre otra: «Esperanza y Dolores, Dolores y Esperanza, no quiero, no puedo, no consigo saber cuál es la Reina. ¿Cómo vamos a hacerlo nosotros, si ni Dios mismo sabría elegir entre Ellas?».

El otro momento es el pasaje en el que relata la historia de una mujer que se dedica a la prostitución y sigue cada Lunes Santo a Jesús Cativo. «Y es entonces cuando antes de seguirlo, cuando antes de verlo, antes de que sobre ella pose Su Mirada, se coloca precipitadamente el pañuelo negro sobre sus ojos para no dejar que Él averigüe en su rostro en lo que se ha convertido, en lo que ha tornado aquella niña que, junto a su madre, ahorraba para llevarle claveles color sangre», describió.

El tercer momento de mayor intensidad fue, claro está, cuando se dirigió a su Virgen del Amparo, a la que tan bien conoce esta nazarena que ha pregonado a los cuatro vientos la verdad cofrade de Málaga. «Porque si la miro a los ojos, ¡ay amigos, si la miro!», recalcó, para indicar luego: «Porque si te miro, me haces desandar la vida, para regresar a aquella niña que, entregando alfileres, descubrió un rincón divino en la intimidad de tu silueta, porque tú y yo conversamos en este idioma que me permite sentir a Cristo a rienda suelta».

Antes, también fijó su atención en la parte más oscura del ser humano, cuando el cofrade, siendo niño, mira a Jesús del Prendimiento y adivina la traición en el beso de Judas. «¿Cómo pueden los nazarenos del Prendimiento hacer protagonista a ese miserable?», se pregunta el niño. «No te ofusques, lo tranquiliza su madre, estos hermanos hacen lo que deben; al igual que en la historia de Cristo, todos desempeñan su cometido. No te enfades, cariño, porque tras ese beso batallan un sinfín de dudas, de remordimientos, de envidias, de humanidad. Los cofrades del Prendimiento nos recuerdan cuántas veces somos Judas», sentenció.

En varias ocasiones, transida de emoción u obligada por los aplausos, la pregonera debió descansar entre frase y frase. Fue presentada, como manda la tradición, por el pregonero de 2018, el periodista Santiago Souvirón. El pregón comenzó, por cierto, con unos versos recitados por su padre en el pregón de 1978, a su vez obra de la poeta chilena Gabriela Mistral («Cruz que ninguno mira y que todos sentimos...»). Y acabó con un recuerdo a tantos amigos que le ofrecieron su sabiduría y que hoy no están, insignes cofrades como Francisco Triviño, Pepe Atencia, Pepe París, Jesús Castellanos, Lola Carrera, Antonio Garrido Moraga o Eloy Téllez. Por todos ellos, por sus padres, «ya es la hora. Salgamos a la calle». «Y que no quede ni un rincón en nuestra Málaga al que mostrar que somos seguidores de Cristo.

Os reclamo a todos vosotros, amigos cofrades: a quien dirige y a quien es dirigido; a quien va descalzo de nazareno y a quien se alza estoicamente sobre tacones con mantilla; a quien arrastra un carrito que le hará ganar el pan que lleva a su familia...», destacó, para abrir el abanico a toda la Málaga cofrade: «Me dirijo a ti, cofrade, que participas en este inmenso espectáculo que significa la Semana Santa, el mayor acto de fe pública en este siglo XXI. A ti, cofrade. Prepárate, porque Jesús el Nazareno ya está aguardándonos. Nos mira frente a frente».