Semana Santa Málaga

Mena, la unión con la Legión y la elegancia de la Soledad

La Legión sigue levantando pasiones en Málaga, convirtiéndose en un imán de personas para el Cristo de la Buena Muerte

Miguel Ferrary

Miguel Ferrary

“Me hice novio de la muerte / la estreché con lazo fuerte / y su amor fue mi Bandera”. Esta es la última estrofa del ‘Novio de la muerte’, ese himno no oficial de la Legión que los portadores del Cristo de la Buena Muerte escuchan una y otra vez la noche del Jueves Santo. Mientras muchas cofradías dedican tiempo y esfuerzo a la cruceta musical, este trono tiene claro cuál será el compás que marcará su paso. Serán las gargantas de los legionarios que procesionan tras el trono, en ese caso del Tercio ‘Rey Alfonso XIII’.

Esta unión entre la Legión y el Cristo de la Buena Muerte puede ser difícil de entender para la gente de fuera de Málaga. Pero hay que reconocer que sería difícil reconocer al trono con otra banda sonora. Puede que no sea la música más cofrade o que invite al lucimiento, como esas ocasiones en que se enganchan varias marchas para un tramo complicado. Pero también que esa música solo la podría llevar el Cristo de la Buena Muerte.

Este año, además, esa unión se ha reforzado con la presencia de un nuevo mayordomo de trono. Con su túnica y capillo, el antiguo general de la Legión, Marcos Yago, ha dirigido el trono. Era su estreno en este puesto, momento que ha compartido con el comandante de Marina Ignacio García de Paredes, en este caso con la Virgen de la Soledad.

La salida desde el salón de tronos es difícil de describir. Los militares y policías intentando dejar hueco para que pase la tropa y la banda, los congregantes que no salen en procesión, acompañando a familiares y amigos, además de intentar hacer alguna foto o vídeo. El público, abarrotando cada hueco libre y esperando la aparición de la Legión.

Lo que provoca la Legión un Jueves Santo en Málaga es otro de esos misterios de la Semana Santa de Málaga. Gente que se pasa cinco o seis horas esperando en un sitio para verlos pasar, se transforma en una especie de Mr. Hyde, y aguanta lo que sea. Solo por ese momento. No deja de ser algo para reflexionar. Porque la Congregación de Mena al final tiene en la Legión uno de los mayores difusores de esta devoción.

Mena, a su paso por calle Especerías

Javier Lerena

La Virgen de la Soledad se sale de ese ambiente Marcial de la Buena Muerte. Su extraordinaria elegancia, que se ha ido puliendo con el tiempo, impone un respeto desde primera vista. El trono se sale de toda medida. Se expande en una explosión barroca que pide marchas para ir al paso. Sale con ‘Pasa la Soledad’, que interpreta la Banda de Música de la Soledad, de la propia congregación. Parece que se desliza. Los capataces no paran de dar órdenes. La ‘Galera’, el submarino del trono, trabaja para sostener esta devoción.

Llega la curva para entrar en el puente de la Esperanza. “Abierto a la izquierda, señores, con mucho gusto. Con mucha educación”. El capataz va dirigiendo a los portadores, que trazan la curva tal y como les pide. La Marcha ‘Frente a ti’ ayuda a esta maniobra. No fue una casualidad que parezca que se desplace, el trono está bien trabajado y se nota. “Viva la Virgen de la Soledad”, grita tres veces un espectador tras pasar la Virgen, secundado con los vivas del resto del público. Aplausos. La Virgen de la Soledad encara el puente de la Esperanza. Málaga también la espera a Ella.