Traslado de Mena

Málaga se rinde a su ya Hijo Predilecto y Medalla de la Ciudad: la Legión Española

El traslado del Cristo de Mena en la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás pone en evidencia, una vez más, la relación de cariño y respeto hacia este cuerpo de élite del Ejército en el centenario de su fundación - Miles de malagueños esperan horas para ver el desembarco y la entronización del Crucificado de la Buena Muerte

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Es una devoción tatuada en la piel de a quienes protege, veneración sincera al Cristo de la Buena Muerte, pero aquí coexiste igualmente una historia de amor y respeto hacia la Legión Española, cuya relación es consustancial, ya no solo a la congregación de Mena desde 1928, sino a la propia Málaga, que cae rendida cada Jueves Santo a este cuerpo de élite del Ejército que, con motivo de su centenario fundacional, ha recibido la Medalla de la Ciudad y ya es Hijo Predilecto de Málaga, ambos títulos entregados en la mañana de este Jueves Santo, justo antes de iniciarse el traslado. "Por sus acciones humanitarias, por su labor en favor de la paz y por ese vínculo estrechísimo con la cofradía", según el resumen del expediente instruido en su día por la concejala Teresa Porras y que ella misma se encargó de leer.

Es auténtica pasión, casi fervor hacia el aparato militar, desde primeras horas con el desembarco en el puerto, que este año se ha trasladado junto a la antigua Casa de Botes. Son largas horas de espera para presenciar un acto que realmente es breve, que se tiene que ver de lejos, incómodos... pero llenos de ilusión, este año triplicada tras el largo vacío de 2020 y 2021 por culpa de la pandemia. El desfile a paso ligero por las calles de Málaga hasta El Perchel es también fugaz, casi imperceptible, pero ahí está Málaga llenando las aceras, aclamando y vitoreando a unos soldados que en ninguna otra parte han de sentirse tan queridos.

La emoción, además, es contagiosa. Hasta inspiradora. Energética. Y es una sensación que se aprecia también en los caballeros legionarios, aunque estos casi ni pestañeen en su rictus de marcialidad total. Para ellos, este reencuentro también ha sido muy importante, con Málaga y con su Cristo.

A las 10.30 horas tenía lugar la recepción del buque de la Armada y desembarco de la Compañía de Honores del Tercio ‘Gran Capitán’, I de La Legión, en el Atracadero del Dique de Levante. En el puerto ya no se cabía. El buque en el que llegó la tropa volvió a ser, una vez más, el 'Contramaestre Casado', perteneciente a la Fuerza de Acción Marítima de la Flota y con base en el Arsenal de La Carraca (San Fernando, Cádiz). Este barco es el único y el más veterano en servicio. Al mando del buque, el comandante, capitán de corbeta, Alberto Rastrollo Marcos.

A través de la estrecha pasarela bajaba la compañía de honores mientras la banda de guerra interpretaba marchas militares. Los primeros en descender de la embarcación, los gastadores. A continuación, la máxima autoridad militar, que presidía el acto, el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), el general Amador Enseñat y Berea, pasó revista a la unidad castrense, antes de que la compañía abandonara el Puerto desfilando, de forma rauda y característica, de camino a la plaza de Santo Domingo.

Rápidas pisadas, uniforme de guerra y sudor marcial en la tropa. Aplausos, pamelas para combatir los rigores del calor, dos gotitas de Christian Dior y vestidos estampados primaverales entre quienes se disponían a coger los autobuses para desplazarse a la explanada de Santo Domingo para asistir al privilegio del traslado. Más público invitado que ningún otro año. El grueso del público ya llevaba horas en los escasos espacios en los que podían apostarse para ver el traslado.

Y la pérgola de Santo Domingo seguía ahí. Sin dar ninguna sombra, por cierto, como un armatoste incomprensible que interrumpe la visibilidad del histórico camarín del templo donde, precisamente, está la capilla de la congregación. 

La Legión interpreta el 'Novio de la Muerte' durante el traslado del Cristo de Mena

Ignacio A. Castillo

Las principales autoridades iban ocupando sus lugares. Entre las militares, además del JEME, el general jefe de la Brigada de La Legión, Melchor Jesús Marín Elvira, o el coronel Antonio Julián Ferrera Arriba, jefe del Tercio ‘Gran Capitán’, I de La Legión, con sede en Melilla y el coronel Zacarías Hernández Calvo, jefe del Tercio ‘Duque de Alba’, II de La Legión, con sede en Ceuta, que se intercambiaron el estandarte del Cristo de la Buena muerte orlado con los guiones de los tercios. 

Pero también autoridades civiles, desde el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, la presidenta del Parlamento andaluza, Marta Bosquets, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Salado, el subdelegado del Gobierno en Málaga, Javier Salas, la delegada del Gobierno andaluza, Patricia Navarro, el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia... etcétera, etcétera... concejales, delegados territoriales... y, por supuesto, el hermano mayor de la congregación, Antonio de la Morena y el párroco de Santo Domingo y director espiritual, Antonio Jesús Carrasco. También estaba el actor y director Antonio Banderas, que un año más demostró que se sabe de memoria el 'Novio de la Muerte' y el Himno de la Legión, que no dudó en entonar.

Así fue el traslado de los Caballeros Legionarios

Atlas

El acto, bajo el cielo azul y el sol del Jueves Santo, se inició precisamente con la entrega de la Medalla de la Ciudad, dando lectura al acuerdo del Pleno del Ayuntamiento. La mayoría de concejales que conforman la Corporación Municipal estuvieron presentes, siguiendo a la bandera verde y morada, en este simbólico acto que testimonia la admiración de Málaga por la Legión. El alcalde también tomó la palabra para testimoniar este sentimiento de respeto, concluyendo con un "¡Viva la Legión, Viva Málaga, Viva España y Viva el Rey!", que fue respondido por el público.

A partir de aquí, daba comienzo el traslado, que realmente es breve, cuando el Crucificado de Palma Burgos, a hombros de sus caballeros legionarios, recorren la plaza trazando un perfecto cuadrado mientras la banda interpreta el 'Novio de la Muerte' y, en los fuertes, la cruz es elevada a pulso. Dura lo que dura este himno, que en realidad es un cuplé convertido en canción legionaria de José Costa. La canción la estrenó la artista Mercedes Fernández, más conocida como Lola Montes, en el teatro malagueño Vital Aza en julio de 1921. Aunque no es el himno del cuerpo, es el que realmente le identifica y con el que los legionarios rezan a su Cristo.

Las imágenes del traslado de la Legión del Cristo de la Buena Muerte de Mena

Las imágenes del traslado de la Legión del Cristo de la Buena Muerte de Mena / Álex Zea

En el homenaje a los caídos, el Cristo traza una línea oblicua mientras los guiones y banderines le rinden honores. El toque de clarín da las órdenes. Y el Cristo es conducido al interior del gran salón, donde aguarda la Virgen de la Soledad perfectamente ataviada y arreglada de flores para la tarde del Jueves Santo, para ser entronizado. Suena 'Cristo de la Legión', compuesto por Eloy García, fallecido hace un año, mientras el Crucificado se eleva en vertical ayudado de cuerdas y poleas y en ese momento abre sus brazos de par en par para acoger a todos los que asisten a la parada.

Con el rompan filas, acaba un traslado que ha vuelto a centrar la atención de muchos malagueños, pero también de espectadores de toda España, ya que ha sido ofrecido por distintas cadenas de televisión de ámbito nacional.