Sentencia de sentimientos a flor de piel

De decir poco a decirlo todo median los sentimientos a flor de piel. La amistad y el cariño traducido en un abrazo de máxima sinceridad, que primero fueron besos lanzados al aire desde la campana hasta la escalera. Compartir el día grande y hacerlo tuyo también. Y eso es un don que en la Sentencia saben explotar como en pocas. Y uno se siente en casa. 

Una cofradía en la calle suele ser el reflejo del trabajo que se realiza durante todo el año. Y en esta hermandad se respira, precisamente, hermandad. Y eso se traduce en comunión. Y en comunicación. Y en que cada uno sepa cual es su función. Su papel. Su responsabilidad. Y sus obligaciones. 

La Sentencia es la cofradía de Chema, su hermano mayor, que con precisión cofrade opta por revestirse el último antes que atender el protocolo descapirotado. De Juan, que pese a los nervios del momento, se interesa por ti y te abraza. O de Juan también, que tras muchos años de mayor-domo se sabe reciclar en penitente de vela para seguir acompañando a su Cristo bello. De Fran, que continúa una saga de varias generaciones. Y las que han de venir. De Pablo, que cumple su servicio de enciende velas. De Pepito, que saca una voz poderosa de dónde parece que no podría tenerla. De María, que como jefa de procesión, este Martes Santo era representante de una estirpe de la Sentencia de siempre que aún hoy aporta hasta 15 hermanos a la procesión. O de Belén, que ha crecido y se ha hecho mujer con un roquete o una dalmática delante del trono de su Señor y que este Martes Santo no podía reprimir las lágrimas en la emocionante salida. O de Ali, que viste con gran esmero a su Virgen del Rosario, enmarcando su rostro como nadie. O de Ramón. O de Dudy. O de Silvia. O de… Son muchas las personas que integran esta gran familia de la Sentencia y estas son solo un ejemplo que agrupa a la totalidad y en las que bien pueden sentirse todos representados. 

Salida de Sentencia

Salida

Las secciones se preparaban en el pasillo de la calle Hinestrosa. Así parecía que la cofradía salía formada de dentro. Tras la larga fila de nazarenos, salía el trono del Cristo haciendo fácil una maniobra que, en realidad, es muy compleja. Los primeros toques de campana los dio el presidente de la Diputación, Francisco Salado, en representación de la institución supramunicipal, que es hermana mayor honoraria de la hermandad. El Señor de Martín Simón salía este Martes Santo con su túnica persa, diseñada por Casielles. Pero a pesar del conjunto escultórico que le rodea. Pese al adorno floral de su trono, que tiene las Semanas Santas contadas (en 2025 está previsto el estreno de uno nuevo que ya ejecutan Manuel Toledano, Alejandro Berdugo y Ángel Abrines en sus distintas disciplinas) la mirada del espectador se dirigía al rostro del Señor guapo, manso, que divisa su futuro inmediato como sólo lo hace quien podría esquivarlo, aunque lo asumía con decisión. Nunca ha habido nadie más importante que Cristo. Detrás repetían los músicos de la agrupación Arroquia Martínez, de Jódar. Un género que logra redimensionar el misterio en el que Pilato se lava las manos en la plaza de la Merced. 

Faltaba un destacado integrante del equipo del trono: José Trujillo, fallecido este mes de enero. Su memoria, muy presente. Su voz rasgada dando la orden precisa en el varal A, resonaba en la memoria. No estaba pero no dejaba de estar. De hecho, un cuadro como homenaje procesionaba en la mesa del trono, debajo justo del Señor. 

Cuando el Cristo bajaba por Frailes, comenzó a salir el cortejo purísima de la Virgen del Rosario. Eringium plata, rosas tiffany, rosas proud, fresias malva, fresias blanca, finvidium blanco, robelini, brumia gris y clavel naranja componían el arreglo floral que siempre sorprende. La luz de la candelería, entre las que había varias piezas de cera rizada, era un bello tamiz para su rostro. 

La banda de la Soledad de Mena continuaba completando contratos diarios en Málaga tras la Señora que sonríe al fiel, que se ofrece, que parece inclinarse para hacerse más próxima, y que invita a tomar las cuentas de su rosario para orar por la salud de todos.