Tribunal canónico

El Obispado de Mallorca prohíbe oficiar misas públicas a un cura acusado de abusos

La Diócesis censura "la extraordinaria gravedad del comportamiento que ha reconocido haber mantenido durante años el sacerdote encausado"

El sacerdote Julià Cifre.

El sacerdote Julià Cifre. / PERE ANTONI RAMIS PONS

Andrés Martínez

El Obispado de Mallorca ha condenado al sacerdote Julià Cifre por abusar sexualmente de una mujer mallorquina durante años. El comunicado señala "la extraordinaria gravedad del comportamiento que ha reconocido haber mantenido durante años el sacerdote encausado". De esta forma, la Diócesis reconoce los abusos sexuales que denunció una mujer mallorquina ante el Tribunal Eclesiástico durante décadas.

Según apunta la nota, una vez finalizado el procedimiento canónico conta Cifre, los hechos denunciados han sido "probados. Con sus conductas impropias ha causado daño físico y psíquico a la víctima".De esta forma, se le han impuesto una serie de sanciones al sacerdote Julià Cifre, quién deberá escribir una carta a la víctima disculpándose "por todo el dolor que le ha provocado".

También se lprohíbe por tres años la prohibición de celebrar la eucaristía en cualquier lugar que no sea en su domicilio. Asimismo, el decreto exhorta al sacerdote a llevar en lo sucesivo una vida apartada de retiro, oración y penitencia y la nota asegura que "el encausado se abstendrá a partir de ahora y en lo sucesivo de entrar en contacto con la víctima o sus familiares".

La mallorquina denunció ante el Tribunal eclesiástico a tres sacerdotes por abusos sexuales y violaciones durante más de tres décadas. Los acusados eran los jesuitas Luis Añorbe, que ya fue condenado por parte de los propios jesuitas, y Fernando Meseguer, al que se le han impuesto medidas cautelares a falta de una sentencia definitiva. En el caso de Julià Cifre acaba de ser condenado por el Obispado de Mallorca.

Piden perdón a la víctima

Por otro lado, el Obispado manifiesta en la nota "su petición de perdón a la víctima y su voluntad de seguir apoyándola y acompañándola en su proceso terapéutico, espiritual y económico". Además, también se muestra abierto a "cooperar siempre y plenamente con las autoridades judiciales del Estado para facilitar la investigación judicial en este proceso". La víctima presentó, además de la denuncia eclesiástica, una denuncia judicial para esclarecer los hechos. Dicho procedimiento sigue todavía abierto.