La perforadora T-130, con la que se llevará a cabo el «plan B» para el rescate de los 33 mineros atrapados bajo tierra, se encuentra ya en la mina San José, donde estaba previsto que fuese montada durante la jornada de ayer en una plataforma y que hoy podría comenzar a perforar utilizando un sondaje ya realizado y que llega hasta el taller del pozo.

La T-130, que llegó escoltada por los carabineros, fue recibida con muestras de alegría y emoción por parte de los familiares de los trabajadores que permanecen en el campamento Esperanza, quienes salieron de las carpas a recibirla con banderas chilenas y aplausos, informó el diario El Mercurio.

Mientras, la otra perforadora, la Strata 950, volvió a funcionar durante el pasado viernes, después de que el día anterior tuviera que suspender su trabajo para reforzar su ducto con cemento. Hasta el jueves, la máquina había avanzado 41 metros en la excavación. Además de estas dos perforadoras, que ya están en el yacimiento San José, se confirmó que se sumará un tercer equipo, concretamente una máquina de perforación petrolera perteneciente a la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP). Mientras tanto, el presidente chileno, Sebastián Piñera, se reunió en el Palacio de La Moneda con los uruguayos supervivientes de la tragedia aérea en Los Andes, quienes se trasladaron ayer hasta la mina San José para dar un mensaje de apoyo a los 33 mineros.

«Nuestros amigos uruguayos que también enfrentaron una odisea cuando tuvieron que sobrevivir en la altura de la montaña, van a visitar a nuestros mineros, nuestros 33 mineros que están sobreviviendo en las profundidades de la montaña», indicó Piñera. El presidente confirmó que la primera perforadora está nuevamente en funcionamiento, que ya ha llegado una segunda y que existe «un tercer plan, lo que se ha llamado como «plan C», que es la máquina petrolera, cuya instalación requiere una plataforma del tamaño de una cancha de fútbol, y va a estar perforando antes del 18 de septiembre», según informaron desde La Tercera. De esta manera, Piñera recalcó que confía y que se está haciendo lo necesario «para compartir con ellos en cuerpo y alma la Navidad y el Año Nuevo».

Por otro lado, la actividad que viven los familiares de los mineros en el exterior de la mina sigue siendo frenética. El microbús que traslada a los familiares de Copiapó a la mina San José estaba repleto temprano a primera hora de ayer y todos llevaban la acreditación entregada por el Gobierno chileno para poder ingresar al campamento.

Frío

El radiante sol que ilumina Copiapó no terminaba de despejar el frío del desierto, aunque las familias le hacen frente con optimismo y con la corazonada de que los mineros saldrán de las entrañas de la mina antes de los tres meses previstos por las autoridades. «Para mí lo único que importa es que saquen a mi hijo, lo demás es política o espectáculo para las cámaras de la televisión», dijo Alicia Campos.