Las selecciones de Paraguay y España tiñeron de rojo el estadio de Ellis Park en Johannesburgo. El blanco y el rojo de la selección paraguaya y el rojo de la selección española, aunque ayer sus futbolistas vistieron de azul, marcó el tono de un partido en el que había más españoles que paraguayos y en el que destacaba la presencia de muchos aficionados sudafricanos.

Tanto en los prolegómenos del encuentro como durante el juego, cuando los futbolistas tocaban el balón, se notaba que España era favorita para los asistentes, que elevaban sus gritos de apoyo cuando la selección española iba a sacar una falta o un córner o cuando David Villa, su goleador, iniciaba una jugada de ataque. No faltaron, por supuesto, las estruendosas vuvuzelas, que ensordecieron a los asistentes al encuentro, aunque el fútbol, al menos en la primera parte, no fue un factor que animara a los asistentes al encuentro. A ello contribuyó el ambiente frío de una noche invernal sudafricana que animaba más a meter las manos en el bolsillo que a jalear a los jugadores.

El ambiente frío no impidió la presencia de seguidores de ambas selecciones con las caras pintadas, alguna que otra peluca y camisetas de uno y otro equipo, aunque con predominio de los seguidores españoles, que disfrutaron con el triunfo.