­Las buenas noticias no han tardado en llegar desde el Hospital Universitario Carlos Haya. Samuel Galán ha evolucionado en las últimas horas de manera muy satisfactoria y ayer por la tarde incluso abandonó la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para ingresar en planta. El joven jugador de 24 años del Alhaurín de la Torre ya no necesita cuidados constantes ni tampoco un seguimiento continuo de su estado. Un hecho que celebraron ayer sus familiares, amigos y gente del fútbol en el propio hospital, ya que se desplazaron hasta allí a visitarlo para mostrarle todo el cariño embargado en los últimos días. El futbolista, feliz, incluso se mostró optimista con su vuelta a los terrenos de juego. «¿Cuándo empiezan los entrenamientos de pretemporada, míster?», le confesó a su entrenador, acompañado también de los dirigentes del Alhaurín de la Torre.

Lo cierto es que la mañana comenzó con buenos bríos y todo hacía indicar que las buenas noticias sobre el estado de Samuel Galán llegarían no muy tarde. Según apuntaron fuentes médicas a este periódico, Samuel había pasado una buena noche, sin sobresaltos cardíacos pese a que horas antes había sido intervenido en una operación a vida o muerte. Sin embargo, aún habría que esperar hasta la tarde para que su salida de la UCI a planta fuera un hecho.

La plantilla del Alhaurín de la Torre B, junto al cuerpo técnico y la directiva, se desplazaron a primera hora de tarde hasta el hospital Carlos Haya. Allí pudieron visitar a un recuperado Samuel, aunque algo mareado y convaleciente aún por todo lo sufrido.

Algunas bromas entre compañeros, muestras de cariño y pocos recuerdos a lo sucedido. Samuel no quiere hablar del incidente que le ha llevado hasta una camilla del hospital y que a punto ha estado de arrebatarle la vida.

Su familia, tampoco. Por el momento tratan con recelo la recuperación de Samuel, respetando los tiempos e intentando que el joven jugador recupere su estado físico y anímico.

La evolución del futbolista sigue por buen camino, aunque aún deberá permanecer ingresado en el hospital hasta nueva orden. Afortunadamente, lo peor ya parece haber pasado.