Un 2018 lleno de contrastes está a punto de finalizar para el BeSoccer CD UMA Antequera. La emoción de lograr el segundo ascenso a Primera División se multiplicó con un buen inicio de temporada, cinco puntos en cinco partidos, hasta que ganó terreno el sufrimiento de ver cómo no llegaban los resultados a pesar de dejar todo sobre el 40x20.

Salgan o no las cosas, al plantel dirigido por Manuel Luiggi Carrasco «Moli» nunca le falta la ilusión por certificar la permanencia. Sacrificio, entrega, superación y lucha incansable siempre definen a los guerreros universitarios en su batalla por despegar en la clasificación desde el puesto de colista a la zona de salvación en un segundo tramo de Liga en el que jugarán más encuentros en el Argüelles que fuera y todos los rivales directos pasarán por el fortín verde.

Alcanzar el último escalón de la Liga Nacional de Fútbol Sala conllevó un esfuerzo mayúsculo por parte del combinado malagueño. La clasificación a la fase de ascenso no llegó hasta el cierre del campeonato en la categoría de plata. «El último partido de Liga fue clave. Si perdíamos nos quedábamos fuera y Córdoba si ganaba, se metía. Eso fue una final tremenda. El hecho de ganar ese partido y meternos en el play off, fue el trampolín para el ascenso», recuerda el técnico.

A partir de este triunfo, los siguientes pasos hacia la élite vinieron acompañados de una narración épica. Tres prórrogas y dos tandas de penaltis en la eliminación de un correoso FSD Puertollano y dos exhibiciones colectivas para contrarrestar el talento del Real Betis Futsal tanto en Amate (2-6) como en la Ciudad de Los Dólmenes (4-1).

Con el objetivo cumplido de regresar por la puerta grande a Primera, la directiva y el cuerpo técnico se pusieron a trabajar conjuntamente en la planificación de un bloque competitivo que fuera capaz de paliar los errores de la anterior etapa y aguantar entre los principales conjuntos españoles en la campaña 2018/2019.

Para ello apostó por la continuidad de la plantilla del ascenso más la incorporación de Víctor Arévalo, Alberto Saura, Nano y Luis García. Cuatro refuerzos para encontrar un salto de calidad en un torneo sin margen de error. El arranque fue prometedor con un valioso empate (3-3) en casa ante el campeón de la Copa de España Madrid 2018, el Jaén Paraíso Interior; un gran ejercicio de resistencia en la pista de una escuadra de la talla de ElPozo Murcia (6-3) a pesar de perder; la primera victoria de la campaña remontando un 0-2 al Jimbee Cartagena FS (6-3) y, después de caer en Palma de Mallorca, firmó las tablas con O Parrulo Ferrol FS (2-2).

Los primeros marcadores se transformaron en una mala racha que solo se pudo paliar a través de dos empates. Uno en el Pabellón Fernando Argüelles frente al Osasuna Magna (3-3) y otro a domicilio con el Naturpellet Segovia (2-2). Un total de 7 puntos al acabar la primera vuelta. Una estadística corta dado que el juego de los antequeranos mereció alguna recompensa más en casa y fuera.

La grata esperanza es comprobar lo cerca que se encuentra la salida de la parte baja de la clasificación. «Hemos pagado la inexperiencia y los jugadores se han hecho fuertes. Han aprendido de los errores y, en el segundo tramo, sabemos que no podemos cometer los fallos de la primera, conocemos ya a los rivales, necesitamos ganar y en casa tenemos que seguir siendo fuertes como en las primeras jornadas», detalla Moli.

El primer compromiso del 2019 será de enjundia al recibir a ElPozo Murcia el viernes 4 de enero a las 20.45 horas. «Estamos en los puestos de descenso, pero con una ilusión tremenda al estar a un solo punto de la salvación. Nos queda una segunda vuelta exigente, emocionante e ilusionante al mismo tiempo. Espero que la gente responda y podamos mantenernos que es lo que todos deseamos. Mantener la categoría no solo por nosotros, sino por lo que tenemos detrás. La afición, los medios de comunicación, los patrocinadores, Antequera y BeSoccer son un cúmulo de cosas que nos tienen que impulsar a darlo todo».

Otro aspecto a tener en cuenta es la aparición de lesiones. La mala suerte acompañó a uno de los fichajes en el que había puestas muchas expectativas. Una rotura en el abductor alejó a Alberto Saura de las pistas desde la quinta jornada. Un contratiempo de larga duración que ha evitado ver en acción a un pívot de una gran calidad técnica capaz de jugar de espaldas a portería o potenciar el juego de cuatro. La recuperación del futbolista natural de Cartagena se espera para mediados del mes de enero. Junto a él, ocupan la enfermería Dani Ramos con un problema muscular y Conejo con una fractura en el dedo pulgar de su mano izquierda. Ambos se lesionaron en la histórica clasificación a los cuartos de final de la Copa del Rey.

El propósito a cumplir en el 2019 queda bastante claro. «En el momento que nosotros seamos capaces de mantenernos en la categoría, es un peaje duro que hay que pagar, pero creo que de ahí ya no nos echa nadie. La inexperiencia del primer año para todos implica subir escalones muy altos y no me cabe la menor duda que este grupo está preparado para eso y más. Tenemos unos incondicionales detrás, muchos sentimientos puestos en que este equipo, una gran afición en este deporte y contamos con unos filiales. En la provincia se practica mucho fútbol sala. Málaga y Antequera se merecen un club en Primera División por mucho tiempo», indica Moli.