El Antequera doblegó este sábado en El Maulí al Utrera, pero fue un triunfo insuficiente por el valor doble del tanto materializado por los sevillanos en una jornada marcada por el fallecimiento en accidente de tráfico del futbolista utrerano José Antonio Reyes. El cuadro verdiblanco se queda así por tercera temporada consecutiva en pleno camino hacia Segunda B, inmerso en un play off que de nuevo le ha ofrecido su peor cara.

El resultado de 2-1 que reflejó el tanteo final hizo valer el 1-0 cosechado por el Utrera sobre el sintético del San Juan Bosco. Para los miles de aficionados congregados en el feudo antequerano, donde no se había registrado esta campaña ninguna derrota, el choque se inició por el camino previsto en busca de la remontada.

Álex Portillo rompería la igualdad en el minuto 35, después de que el arquero visitante hubiese detenido un penalti para empezar a erigirse en indiscutible protagonista de la eliminatoria. Sin embargo, esa alegría del 1-0 le duró poco a los locales. Fue Plusco el encargado de poner las tablas, en una acción en la que el esférico incluso tocó en un zaguero antequerano, cuando sólo restaba un minuto para el descanso. La acción decisiva para la eliminatoria se fraguó por la banda derecha, al recibir Ortiz un balón hacia la línea de meta por parte de su compañero Pablo Haro. Del centro hacia Plusco, raso y con mucho peligro, llegó esa igualada.

Con ese jarro de agua fría en la calurosa tarde antequerana se indicó el camino hacia los vestuarios. Tras la reanudación la tónica predominante era el equilibrio, el mismo que reflejaba el marcador, que no la eliminatoria. A los locales les tocaba mantener el esférico, pero enfrente un Utrera sabedor de que tenía dos goles de renta se sentía bastante cómodo.

A los visitantes les bastaba con cerrar sus líneas y buscar al contragolpe un tanto que les sirviese para sellar su clasificación para la segunda de las tres eliminatorias que les separan del ascenso a Segunda B. No obstante, hubo una nueva diana, pero para los verdiblancos, de manera que el último cuarto de hora estaría repleto de emoción.

En el minuto 75, otra vez a raíz de un saque de esquina, el remate de Mauro Cabello pondría el definitivo e insuficiente 2-1. Un marcador que no hizo justicia a lo visto en esas postrimerías. Con el cuadro antequerano totalmente volcado sobre los dominios de Ayala, los remates se sucedían sin descanso. Una y otra vez aparecía de manera prodigiosa el cancerbero del Utrera, ante la desesperación de los jugadores locales.

El Antequera dominaba y ponía cerco de manera asfixiante a esos metros finales en los que Antonio Ayala terminaría por ser aclamado por los cientos de aficionados visitantes que también se dieron cita en la resolución de este primer capítulo hacia Segunda B.