El deporte, como la vida misma, no suele dar segundas oportunidades. Lo sabe bien el Unicaja, que hoy en Las Palmas, en el nuevo Gran Canaria Arena ante 10.000 enfervorecidos aficionados «pío, pío» y ante un rival que no te permite una pulgada sin sudar tinta, tiene en su mano resolver su eliminatoria de cuartos y acceder a las semifinales de la Liga Endesa. El gran objetivo, a tiro.

El jueves quedó patente que la serie es muy igualada, que cualquier error se paga caro y que tanto Unicaja como Herbalife están más que capacitados para ganar a un solo partido. Quien más y quien menos vio el partido que abrió la serie en el Carpena más «pa allá» que «pa acá». El Gran Canaria de Pedro Martínez fue fiel reflejo a lo que ha demostrado esta temporada. Un rival durísimo, que no da concesiones, que jamás le pierde la cara al partido, bien dirigido en el banquillo y con un núcleo de ocho-nueve jugadores de primer nivel. Ciertamente, si extrapolamos qué es este Herbalife, casi nos podría salir en el diccionario la foto del Unicaja. Porque, a fin de cuentas, el conjunto de Joan Plaza tiene rasgos muy comunes: se crece desde la defensa, quiere correr a campo abierto y tiene una plantilla, eso sí, quizá con más recursos. Hay un par de rotaciones más de calidad en el cuadro malagueño. «No llegamos con chispa física al final del partido», se quejó Martínez. Tomás Bellas, su «cuchillo» el jueves, tuvo que jugar 36:48 minutos. Y el «tocado» Elius Báez estuvo sobre la pista 31:27. También Beirán superó de largo la treintena: 33:44.

Ni un solo jugador del Unicaja alcanzó los 30 minutos en el parqué. Y eso que Dragic está convaleciente de su operación del miércoles y ni Calloway ni Kuzminskas estuvieron muy acertados, por decirlo suavemente. Cuando Plaza encontró su quinteto, con Granger al mando, Urtasun aportando en los dos lados de la pista, Suárez capturando rebotes, Caner-Medley metiéndolas de tres en tres y Fran sembrando el terror en la zona, el Unicaja le dio la vuelta al partido. No fue, ni mucho menos, la mejor actuación del Unicaja. Pero con esa versión, yendo a tirones, enrevesado muchas veces en la tele de araña defensiva canaria, le dio para ganar en el estreno de la serie.

¿Qué partido veremos hoy? Buena pregunta. De inicio, mejorar la salida a pista del jueves va a ser sencillo. Es de esperar que los insulares salgan con el cuchillo entre los dientes, espoleados por las casi 10.000 almas que hoy abarrotarán el nuevo Gran Canaria Arena. Pero no es menos cierto que el Unicaja ha demostrado esta campaña que sabe aguantar bien las embestidas del rival. Que nunca, nunca, nunca baja los brazos y le pierde la cara a los partidos. Siempre está ahí, y eso hoy puede ser letal.

El Herbalife se juega el curso. Una derrota le manda ya de vacaciones. Y es un arma de doble filo que la mayor experiencia de los cajistas debe saber aprovechar. Tendrá a sus 12 hombres listos para la «batalla», todos salvo Dragic. Martínez recupera a Hansbrough, que ha superado su gastroenteritis. Todo o nada en Las Palmas. Es tiempo de play off. Tiempo de valientes y jugones.