Cuando juegas este tipo de partidos donde un equipo, el moscovita, se muestra tan superior al otro, el nuestro, cuando te superan en todos los aspectos del juego y donde quitando los diez primeros minutos, el resto es un monólogo del equipo local, cualquier explicación o justificación de lo que ha ocurrido aunque sea realmente así suenan de una u otra manera a excusa.

Es cierto que ayer se enfrentó el Unicaja a una de las mejores plantillas europeas, por no decir la mejor, que juega un baloncesto de alto nivel como grupo para colmo de males, y que es uno de los máximos candidatos, no sólo a estar en la Final Four, sino a llevarse el cetro continental. También es verdad que el choque tuvo lugar en sus dominios, donde el conjunto ruso se encuentra aún mas a gusto, amén de lo que eso supone para el equipo visitante: un largo viaje con horas de vuelo y alguna que otra de autobús, madrugones y poco tiempo para descansar entre partido y partido.

No miento si digo que el Unicaja no llegaba en plenitud física, al menos varios de sus jugadores importantes, y eso ante la exigencia que supone estar jugando cada tres días al nivel que lo está haciendo el conjunto malagueño se paga y muy caro, ya que la respuesta ante situaciones delicadas no es la misma si tus facultades no están al ciento por ciento. A pesar de que todas estas afirmaciones son verdaderas como la vida misma, no dejan de sonar a excusas o a paños calientes cuando sufres una derrota tan contundente como la de anoche ante el CSKA.

Lo cierto es que el Unicaja se encuentra en estos momentos con un 0-4 en su casillero en este Top 16, con muy poquito margen de error y que por primera vez en esta temporada recibió un resultado en contra tan contundente, viéndose superado con meridiana claridad por un rival, aunque éste fuera de la entidad del conjunto ruso, ya que anteriormente ya nos habíamos enfrentado a ellos hasta en tres ocasiones, con mismo resultado pero con sensaciones totalmente opuestas.

En este tipo de situaciones la mejor opción es aferrarte a las cosas positivas, a pesar de que la derrota supone ese 0-4. Este partido a priori no era descabellado darlo por perdido, con lo cual se está en la misma situación que antes de jugarlo. Por otro lado, el desarrollo del choque permitió un reparto equitativo de minutos y ninguno de los jugadores sobrepasó los 24 de juego. Además, no hubo a priori contratiempos en forma de lesiones o recaídas de las mismas, por lo cual se podrá ir recuperando el mejor estado físico de cada jugador. Por último, exceptuando este último compromiso de Moscú, en los otros tres encuentros se han tenido opciones de victoria, por lo que haciendo una lectura optimista, se puede pensar que en el resto de enfrentamientos también se van a tener.

Hay que recuperarse. Toca viaje a Barcelona, traslado en bus a Andorra y duro compromiso ante el Morabanc 48 horas después de Rusia. ¿Excusas?, se podrían poner, pero no es el estilo de este equipo.