«A la Copa del Rey hay que llegar ganando». Cuántas veces se habrá comentado la importancia de afrontar el torneo copero en dinámica positiva. Y es que lo datos así lo demuestran. De los últimos 19 campeones, 16 llegaron a la competición del k.o tras ganar su último partido en ACB. Y eso es lo que hizo ayer el Unicaja, ganar en la cancha del Gipuzkoa Basket para llegar con buenas vibraciones a la Copa de Gran Canaria.

No lo pusieron nada fácil los de Ponsarnau, que venían lanzados tras ganar la pasada semana en Andorra. Pero el conjunto malagueño sacó una semana más el partido adelante pese a la batalla que planteó el conjunto vasco. No fue un partido brillante, ni mucho menos. Hubo que bajar al barro y pelearlo hasta el final. Y en los minutos de la verdad, el cuadro cajista demostró la madurez suficiente para imponer su teórica superioridad y seguir una semana más como líder en solitario de la Liga Endesa.

El equipo malagueño saltó al cancha dispuesto resolver por la vía rápida, con un imponente Golubovic que hizo mucho daño en la pintura. 14 puntos para él en los primeros minutos (7-16). Pero de un plumazo el buen y dinámico juego de ataque cajista desapareció y el Gipuzkoa empezó a carburar. Antes del final del primer acto ya habían apretado el choque (15-18) y dieron la vuelta en el segundo cuarto ante la «pájara» de los de Joan Plaza.

El cuadro verde no encontraba el camino al aro y el 0/8 en triples a mitad del segundo periodo lastraba al Unicaja, que veía como el conjunto local ponía tierra de por medio con un 27-7 de parcial que dejaba el encuentro 34-25 a tres minutos del descanso. Pero en ese tramo final de la primera parte llegó un pequeño arreón de los malagueños, que reaccionaron y se marcharon solo cuatro abajo al descanso (38-34).

Tras el intermedio entró en escena David Doblas, que entró para liderar al cuadro local tras no poder participar en toda la primera mitad por un problema en el calentamiento en el tobillo. Y los locales lo notaron. El pívot comenzó a hacer daño en la pintura y sobre todo hizo bien su trabajo para contener a Golubovic, que había masacrado a los vascos en los dos primeros periodos. El tercer cuarto estuvo marcado por los continuos errores en el tiro y la baja anotación, dejando todo por decidir para los últimos 10 minutos con el marcador 50-49 favorable a los de Jaume Ponsarnau.

Y ahí fue donde el Unicaja tiro de veteranía para resolver un encuentro que se había complicado. Granger dirigió al equipo a la perfección y además colaboró con puntos y Vasileiadis apareció en el momento justo para hacer recordar al artillero de toda la vida. Con el Unicaja un punto arriba, el griego clavó dos triples consecutivos que dinamitaron el choque (55-62). Sin embargo, el combativo Gipuzkoa no se rindió y volvió a engancharse para llevar el partido a un final de infarto.

Franch dejaba la diferencia en uno a 1.03 del final (67-68), Granger contestaba con dos tiros libres y en la siguiente posesión se la volvió a jugar el base local, pero falló el triple que hubiera igualado el choque. Después ya se encargó Toolson de certificar la victoria desde la línea de tiros libres (72-76). Es una tranquilidad tener un jugador como el americano para estos finales de partido.

La 18ª victoria en 21 jornadas de Liga ACB ya está en la buchaca. Tremendo. Y ahora sí, ya toca centrar todos los esfuerzos en la Copa del Rey, que comenzará el jueves en Gran Canaria Arena frente al Bilbao Basket.

Además del triunfo, la otra gran noticia del partido de ayer es que el Unicaja salió de Illumbe sin lesiones y si no ocurre algún percance de última hora, el conjunto de Los Guindos irá con toda su artillería en busca de su segunda Copa del Rey.

El camino empezará el jueves a las 21.30 (hora peninsular) frente al Bilbao y ojalá dure hasta el domingo. Pero paso a paso.