Cuando acudes a un espectáculo en directo, bien sea un concierto, una exhibición de cualquier tipo, una película o una función de teatro o de circo, el buen hacer de sus protagonistas siempre es un seguro de éxito, y el precio que hubieras pagado por asistir a ese evento normalmente suele estar rentabilizado por el buen desarrollo del mismo y por una aceptable actuación de los actores, cantantes o artistas participantes en dicho espectáculo.

Sin embargo cuando se trata de un evento deportivo, la cosa cambia radicalmente, y no tendría que ser así. Aquí no siempre una buena puesta en escena te garantiza que la cosa acabe bien, al menos en cuanto al resultado se refiere, aunque en la mayoría de la ocasiones suele ser con lo que se queda el público.

En el caso del deporte y centrándonos aún más, en el del propio baloncesto, el hacer, no sólo bien, sino de manera excelente tu trabajo no te garantiza un buen final, es decir la victoria, que al final es lo que persiguen todos los equipos y todos los aficionados. En este pequeño mundo de la canasta y en todo el ámbito deportivo al final casi siempre nos remitimos a los resultados para valorar el éxito o el fracaso de un conjunto. Estos son importantes, qué duda cabe, pero para ser algo más justos en nuestras valoraciones deberíamos tener en cuenta otros muchos factores además de los siempre fríos números.

Refiriéndonos al deporte de la canasta y a nuestro equipo, el Unicaja, el valor de una entrada para cualquiera de sus partidos va más allá de una victoria o una derrota. Evidentemente uno siempre quiere ganar y es muy positivo que se salga en cada ocasión con esa intención. Sin embargo es muy importante la actitud, la generosidad en el esfuerzo y la pasión con la que los jugadores y el cuerpo técnico afronten los encuentros. Dejarlo todo en el parqué, independientemente de todos los contratiempos que puedan aparecer, en forma de lesiones, de malos días en los porcentajes, del rival o incluso de arbitrajes exigentes, hace que se transmita a la grada esa sensación de identificación con tu equipo que tanto bien hacen a una parte y a otra.

Cuando nos gusta lo que vemos, en líneas generales por supuesto, y cada choque contemplamos a los nuestros competir al máximo de sus posibilidades, al final a uno le gusta ganar, pero la derrota es menos dolorosa si se ha vendido a un alto precio. Estos son los casos en los que queda justificado el precio de la entrada y lo mas importante, son el mejor motivo para hacerte cuanto antes con la siguiente.

Y hablando de partidos, el Unicaja no llegaba ayer al suyo contra el Efes de Estambul en las mejores condiciones, compareció en la pista del Carpena con varios jugadores lesionados, con una clasificación complicada y con las dudas lógicas de priorizar o no la Liga Endesa donde hay un objetivo claro y no descartable de terminar primero al final de la Fase Regular.

Pero este grupo no especula, y lo demostró anoche, tenía una espinita clavada del partido de ida, donde se le fue después de una sensacional primera parte, y lo puso todo, sin pensar en nada más, para llevarse una victoria que lo mantiene medio vivo y lo más importante, que lo hace honesto consigo mismo, con su público y con la competición que juega. Ayer el conjunto malagueño volvió a justificar el valor de la entrada para su partido, y ya van unas cuantas veces.

*Dani Romero es ex jugador del Unicaja