El Unicaja perdió sus puntos cardinales. Dejó en el Gran Hotel Lakua sus principios. Fue un equipo desconocido en el Buesa Arena. Una sombra del Unicaja del jueves, de ese equipo aguerrido, que se dejó la piel en defensa y jugó de libro en ataque. El equipo olvidó todo lo bueno que hizo en el Carpena hace unos días y se dejó atropellar por el Laboral Kutxa, que no es «tan malo», que se liberó ante su público -como era de esperar- y que empató anoche la eliminatoria de cuartos, devolviendo la bofetada recibida y retando al Unicaja a un partido a vida o muerte. Un «win or go home» en toda regla. O ganas o a casa, de vacaciones. Mañana lunes, en el Palacio, a las 21.00 horas. La madre de todas las batallas.

Si permites que el Baskonia juegue a campo abierto, a anotar 100 puntos, estás muerto. El Unicaja permitió, en una primera parte lamentable a partir del 22-25, que el Laboral Kutxa jugara a lo que le gusta. Los malagueños «pasaron» de defender. Puerta atrás tras puerta atrás, el Baskonia encontró premio en cada ataque. Sacaba algo de cada jugada en la zona malagueña. Una falta, una canasta de dos, un dos más uno... Fue realmente deprimente ver al Unicaja de ese parcial y tratar de compararlo con el del jueves. Cualquier parecido era pura coincidencia. Y así, golpe tras golpe, el Unicaja se dejó ir. De ese 22-25, tras tres triples consecutivos de Kostas Vasileiadis, se pasó al 49-36 del descanso. Una burrada, una barbaridad, un imposible si de verdad quieres competir con el equipo de Ibon Navarro.

La debilidad mental del equipo, su bajada de brazos atrás, trajo consigo que en ataque también se produjera una desconexión radical. Sin defensa es imposible ganar en el Buesa Arena. Le quedó al Unicaja muy claro en el segundo parcial, en el que encajó 29 puntos y se fue completamente del partido. Un triple desde media pista de Causeur puso esos 13 abajo que parecían un mundo a tenor de lo visto en la pista, de la apatía del Unicaja, de cómo los baskonistas le ganaban una y otra vez la espalda a los verdes en «puertas atrás» de manual.

Y aunque el tercer cuarto, y una zona malagueña, una de las escasas variaciones tácticas que vimos en el partido, llegó a poner un esperanzador 66-60, el increíble acierto baskonista resultó definitivo: 12 de 14 en triples. San Emeterio anotó dos, el último sobre la bocina, cuando el Unicaja aún tenía guardada una falta para llegar al «bonus» y se quedó sin consumir, mientras que el cántabro subía la bola, se hacía hueco y se buscaba sitio para tirar.

Luego el Unicaja no protegió su aro. Uno de sus puntos fuertes, una de las claves del jueves, también saltó ayer por los aires. Begic tuvo hasta tres rebotes ofensivos en una misma jugada que permitió al Baskonia volver a lanzarse en el electrónico: 76-62.

Lo siguió intentando el Unicaja, mucho mejor en la segunda parte, con su zona, que le dio cobijo y le empujó en ataque. Granger, con sus penetraciones, sumó puntos. Un triple de Suárez volvió a poner a los verdes a seis: 78-72. Pero siempre que el Unicaja trataba de poner cerco al Baskonia apareció San Emeterio para anotar de tres. O, en este caso, Mike James. El Baskonia usó bien sus esquinas, llevó el balón al lado débil, y sus triples anoche sí que entraron, tras una buena circulación de balón. Otra «bomba» más, de Shengelia, puso el partido ya imposible: 85-74. Restaban tres minutos (2:56), el Unicaja entró en bonus y hubo tiempo muerto en la pista. La capacidad atlética baskonista en la zona propició tapones y alteró tiros del Unicaja, que no se encontró nunca cómodo y que ni con el 88-74 quiso sacar la bandera blanca. Pero el encuentro estaba ya muerto. Y acabó con el 92-82.

Dos partidos, muy diferentes, y una victoria para cada uno, justa cada cual. Ahora el Unicaja vuelve a tener el Carpena para saltar a semifinales. Nadie dijo que esto iba a ser fácil. Ni tras saberse que el Baskonia sería el rival de cuartos ni cuando el jueves parecía un rival menor. Tienen buenos jugadores y carácter. Y si les pones las cosas fáciles y huelen la sangre, te comen. El Unicaja tiene a una victoria las semifinales. Pero también a un partido están las vacaciones. Así está el tema. Es lo que tienen los play off. Mañana decide el Carpena. Mañana, decides tú. A las 21.00 horas.